Finalmente, desde la Municipalidad de San Miguel de Tucumán se habilitó el último tramo de la semipeatonal 25 de Mayo, luego de que esta obra no hiciera más que generar malestar y producir trastornos de tránsito mientras duró y no fue más que un cambio de maquillaje que cree el intendente Germán Alfaro que le significarán votos en las elecciones legislativas a las que pretende imponer a su propia esposa.
Pero la ineficiente gestión del mandatario municipal todavía debe culminar el trabajo y habilitar las cuadras que restan sobre calle San Martín y las obras de remodelación de la plaza Independencia, que esperan culminar y estrenar en el marco de los festejos por el 9 de Julio. En el alfarismo empiezan a ponerse nerviosos tan solo de pensar que no pudieran llegar a tiempo para el Día de la Independencia.
Por su parte, el secretario de Obras Públicas de San Miguel de Tucumán, Alfredo ‘Fredy’ Toscano, aseguró que “la idea del intendente Germán Alfaro era esta, que nosotros transformemos San Miguel de Tucumán, generemos una prioridad para el peatón, un ordenamiento del tránsito, jerarquicemos sectores de San Miguel de Tucumán”. Habría que explicarle a este funcionario municipal, que remodelar una calle céntrica no equivale a transformar nada.
Desde el alfarismo intenta convencerse a sí mismos que lo que hicieron “tiene que ver con darle otro brillo a la ciudad, otra calidad, ayudar al comercio”, cuando nada está más lejos de la realidad. Para colmo, el funcionario Alfredo Toscano insistió en el hecho de que “esto que era un paso obligado se empezó a transformar en un paseo”, sin hacer mención alguna al insufrible tiempo que demoró en hacer esta obra.
Cabe destacar que Toscano estuvo acompañado por el concejal manzurista, Ernesto Nagle, en un nuevo gesto político que llamó la atención en lo que hace al acercamiento más que descubierto entre el intendente Germán Alfaro y el gobernador Juan Manzur. Juntos, prefirieron seguir mintiéndose acerca de que “el microcentro renovado va a ser una invitación al tucumano y al turismo a una ciudad confortable y moderna”.
“A la hora de hacer cosas positivas por la ciudad, hemos estado todos juntos”, resaltó el funcionario alfarista mientras se mostraba con Ernesto Nagle y ambos destacaban la “inversión constante en el espacio público” que en realidad proviene del erario público que se gasta en cuestiones que bien podrían dirigirse a otros asuntos mucho más importantes en medio de la pandemia de COVID-19.
Mientras tanto, desde el alfarismo prefieren mirar para otro lado e intentar convencer que la obra realizada sirvió para reactivar el mercado del trabajo ya que las obras de remodelación y jerarquización en el microcentro tucumano han generado “más de 600 fuentes directas y 1.000 indirectas de trabajo”.
La gestión de Germán Alfaro continúa mintiéndose, pero lo peor es que sigue intentando engañar a la ciudadanía de San Miguel de Tucumán.
