Un total de 27 tucumanos, en 16 categorías llegaron al primer lugar del podio. Fue más del 50 por ciento de un total de 31 divisionales que dan cuenta que en el Trasmontaña, ser local, tiene su ventaja. La preparación de los bikers locales que es más intensa para cada edición de la competencia por duplas más importante de Sudamérica da su frutos para el mountain bike tucumanos. “Es genial ganar de local. Los rivales que vienen de otras partes, tienen un nivel muy alto y todos esperamos ganar en casa”, explicó Lucía Cabrera Pike. “La categoría tenía duplas de muy buen nivel nacional, varios corrieron los argentinos. Además bajamos el tiempo que teníamos previsto”, destacó la monteriza que corrió con Eduardo Andrade en Mixto Juveniles. “Me pone muy feliz llevar la victoria a Monteros. Tuve una compañera de lujo y hace tiempo quería correr con ella”, reconoció Andrade.
Para Mariana Casadey y Yanina Custodio Carella que ganaron nuevamente, la victoria en Damas Mayores tuvo un gusto distinto en esta ocasión. “Es la primera vez que me emocioné, lloré”, reconoció Custodio Carella.
Ninguna de las otras cuatro victorias juntas causó tanta conmoción en la dupla. “Llegué con un mejor estado físico, pero sabiendo incluso sobre esa diferencia, la vuelvo a elegir porque es una carrera en la que debe prevalecer la amistad y sobre todo entenderse con la compañera”, analizó Casadey.
Ni siquiera la costumbre de la participación en la carrera le quita lo exigente al Trasmontaña. “Es el quinto que corremos juntas y lo ganamos. Y, sin dudas, este fue el más duro que nos tocó”, reconoció Custodio Carella sobre la edición que más ciclistas de montaña reunió en 26 episodios lleva el Trasmontaña.
En el triunfo en Damas Elite, Florencia Ávila dejó “colarse” la tonada cordobesa en la victoria al elegir a Julieta Sainz. “Es una gran corredora, andamos parecido y tenemos buena onda”, detalló la mezcla perfecta para subir al primer puesto de la divisional. Como Casadey y Custodio Carella, Ávila entendió más que nunca la importancia de contar con una buena compañera. “Al Trasmontaña lo corro hace bastante. El año pasado estaba anotada con una pareja y a último momento me la cambiaron. Con ‘July’ nos entendimos muy bien. Al recorrido, juntas, lo hicimos el jueves y sólo la primera parte. Claro que la ventaja era que yo ya lo conozco y siempre le iba diciendo lo que venía para que vaya recordando”, explicó la táctica que eliminó todo tipo de desconocimiento.
“Hicimos una carrera excelente. Estimábanos que podíamos hacer un buen tiempo, pero no creíamos que lo íbamos a hacer tan bien ¡2 horas 58 minutos! Fuimos muy parejas”, remarcó Ávila.