La Argentina se aseguró el pago de compromisos en dólares con los organismos internacionales para 2021, luego de que el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) votara una nueva asignación de reservas a los países por 650.000 millones de dólares a través de la ampliación de los derechos de giro (DEG), lo que al país le permitirá recibir alrededor de 4.355 millones de dólares el 23 de agosto próximo.
Este lunes, la titular del FMI, Kiristalina Georgieva, celebró la decisión histórica del organismo que consiste en “la mayor asignación de DEG en la historia del FMI y una inyección de ánimo para la economía mundial en medio de una crisis sin precedentes” a causa de la pandemia de coronavirus.
Georgieva precisó que la asignación general de DEG entrará en vigor el 23 de agosto próximo y que los nuevos recursos serán acreditados a los países miembros en proporción con sus actuales cuotas en la institución, donde la Argentina cuenta con el 0,67% del total.
Cuáles son los vencimientos 2021
De esta forma, el Gobierno argentino podrá continuar con los pagos comprometidos con el FMI, mientras negocia un nuevo programa financiero con el organismo por la deuda de 44.000 millones de dólares contraída por la administración de Mauricio Macri.
Despejado un pago de intereses al FMI que se concretó este lunes, queda por pagar al organismo alrededor de 4.380 millones de dólares en lo que resta del año.
El primero de los vencimientos será en septiembre, por un monto de 1.870 millones de dólares en concepto de pagos de deuda de capital.
Para el 22 de noviembre hay pautado un pago por intereses y recargos, que totalizan 640 millones de dólares.
El último vencimiento fuerte del año está previsto para el 22 de diciembre, correspondiente a otro pago de capital, por un 1.870 millones de dólares.
De esta forma, el pago de compromisos al FMI durante 2021 quedaría prácticamente saldado con los nuevos recursos en DEG, la moneda del organismo multilateral, que pasarán a incrementar las reservas internacionales en poder del Banco Central a fines de agosto.
En declaraciones a la prensa formuladas el domingo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, expresó que el Gobierno necesita tiempo para negociar un acuerdo y para la acumulación de reservas.
“Lo importante es que el acuerdo sea bueno en lugar de rápido y para eso hay que generar las condiciones adecuadas”, explicó Guzmán.
En ese sentido justificó que “Argentina no tiene la capacidad de pago para hacer frente a la deuda con el FMI por eso necesita más tiempo”.
“En nuestro programa apuntamos a un horizonte en el cual las regulaciones y controles de cambios sean diferentes: un esquema de regulaciones macroprudenciales que desaliente la inversión especulativa de corto plazo, pero aliente la inversión en la economía real. Para llegar a ese esquema hace falta tiempo para que el Banco Central pueda acumular reservas en mayores niveles, y eso no sucede de un día para el otro”, argumentó.
Por otro lado, el monto final de lo que finalmente se abonará al FMI en intereses y recargos en noviembre próximo, mientras la Argentina negocia un nuevo acuerdo, podría modificarse, si prospera la iniciativa ya votada en el G20 en julio último, de revisar los sobrecostos de los préstamos que pesan en países de ingresos medios mientras dure la pandemia.
Revisión de las políticas de límites de acceso y sobrecargos
“Pedimos al FMI que concluya su acercamiento en relación a la revisión de las políticas de límites de acceso y sobrecargos y que nos informe de sus resultados”, sostuvo el G20 en su comunicado oficial emitido en julio.
Aún no hubo anuncios oficiales pero este punto podría considerarse en la próxima Junta de Gobernadores de octubre próximo, durante la Asamblea Anual que se realizará en Washington.
De los 650.000 millones de dólares a repartir entre todas las naciones miembro, “aproximadamente 275.000 millones de dólares se destinarán a países de mercados emergentes y en desarrollo, incluidos países de bajo ingresos.
Asimismo, el organismo financiero multilateral expresó ayer que “una opción clave es que los miembros que tienen posiciones externas sólidas canalicen voluntariamente parte de sus DEG para ampliar los préstamos para los países de bajos ingresos a través del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (PRGT) del FMI.
“El FMI también está explorando otras opciones para ayudar a los países más pobres y vulnerables en sus esfuerzos de recuperación y en este sentido, podría considerar un nuevo Fideicomiso de Resiliencia y Sustentabilidad para facilitar un crecimiento más resiliente y sustentable a mediano plazo”, concluyó el comunicado del Fondo, si bien esta iniciativa se encuentra aún en una etapa temprana de desarrollo.