Las proyecciones oficiales indican que en unas tres semanas la variante delta dejará de ser un problema focalizado para tener una circulación comunitaria extendida. Con ese horizonte en la cabeza trabajan en el Gobierno, según pudo conocer LA NACION de fuentes de Casa Rosada, en base a la experiencia que se tuvo en la Argentina con la variante Manaos (hoy predominante) y a los ejemplos que se vieron en otros países que se toman como “espejo”, como Gran Bretaña y Canadá.
Pero este viernes vence tanto el decreto de necesidad y urgencia (DNU) de restricciones por la pandemia como la decisión administrativa 683/2021, que mantuvo fuertes controles de fronteras pero fue ampliando progresivamente el cupo de argentinos que pueden ingresar al país. Esta semana podrán entrar por Ezeiza 7000 viajeros (en promedio 1000 personas por día).
Según pudo reconstruir LA NACION, hoy en el gabinete conviven dos mociones. Mientras que las áreas vinculadas la gestión de pasajeros -Migraciones y el Ministerio de Transporte- creen que es viable seguir ampliando lentamente el cupo de pasajeros que ingresan al país (de modo de sostener los controles pero disminuir los problemas con las aerolíneas y los varados), el Ministerio de Salud considera que hay que seguir conteniendo fuertemente el ingreso de la variante delta a través de Ezeiza. Ello a pesar de que esa variante de muy alta transmisibilidad del Covid-19 ya es una realidad en el país, porque ya se detectó que en varias provincias hay casos de circulación local sin vínculos con viajeros.
Dos posturas
Pero el objetivo de Salud -que tiene la voz cantante en la discusión- es seguir conteniendo el ingreso desde el exterior para que no proliferen nuevos focos de contagio. “Tiene sentido mantener las restricciones a los vuelos para ralentizar la propagación de la Delta y seguir aplicando vacunas. La decisión que tomamos cuando cerramos los ingresos fue acertada porque se ganó mucho tiempo”, sentenció hoy un importante colaborador de la Casa Rosada al tanto del análisis de situación que se realiza en los despachos oficiales.
Hoy, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, apuntó durante un intercambio con los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno: “La Argentina logró retrasar hasta ahora la llegada de la Delta. Al momento no hay circulación predominante en el país. Debemos hacer esfuerzos enormes para contener su transmisión en las provincias donde ya hay casos y debemos redoblar los cuidados con aquellos que llegan al país, para que se cumpla con las cuarentenas y los PCR”.
Así, en las áreas del Gobierno que se abocan a la administración de los vuelos y los ingresos apuntan a, de mínima, mantener el flujo actual de pasajeros y, de máxima, seguir ampliando el cupo habilitado. Ante todo, reclaman previsión. Es que, recién una vez que se publica la resolución administrativa, las aerolíneas pueden hacer los requerimientos de vuelos para que la ANAC fije el cronograma de itinerarios.
En las últimas horas comenzaron a celebrarse las primeras reuniones para fijar una estrategia, en las que participaron funcionarios de Interior, Transporte, Salud y Jefatura de Gabinete. Con el Presidente aislado hasta el jueves en Olivos, se espera que la discusión se extienda hasta el filo del vencimiento de la resolución administrativa actual.
Hoy, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, apuntó: “Tenemos por delante el vencimiento de las medidas de fronteras. Vamos a analizar cómo se continúa, sabemos que hay que continuar con los cuidados y con la vacunación para que agosto sea el mes de las segundas dosis”.
Restricciones
El cálculo político que realizan en Casa Rosada es que el ingreso de la variante delta -que ya es un hecho- “se retrasó seis semanas” gracias a las medidas restrictivas en las fronteras. “En ese tiempo se aplicaron 15 millones de dosis, fue una medida acertada”, sentenció hoy un importante portavoz oficial. Se verá si de acá en más el Gobierno se sostiene en su postura o sigue el sendero de la flexibilización, para distender el conflicto con los varados.
Respecto al DNU, en principio en Casa Rosada apuntan a una nueva prórroga del esquema actual, que fija un semáforo de restricciones de acuerdo a los índices sanitarios de cada región del país. Una réplica del proyecto de ley para administrar la pandemia que el oficialismo nunca pudo sancionar en la Cámara de Diputados.
En el Gobierno admiten que la expansión de la variante delta será inevitable y, con ella, una nueva curva ascendente de casos. Pero apunta a una “convivencia con el virus” sin volver a cerrar la economía gracias a la vacunación.
“Es una variante mucho más transmisible que ha desplazado a otras variantes en el mundo y se convirtió en la predominante. Generó preocupación en los países con alta cobertura de vacunación, con un aumento significativo del número de casos sin que ello se traduzca en un aumento en la cantidad de hospitalizaciones y muertes”, dijo hoy Vizzotti.
Para administrar curvas sanitarias de “muchos casos y pocas hospitalizaciones”, la gestión de Fernández debe acelerar la aplicación de las segundas dosis. Es por eso que mañana se anunciarán en Casa Rosada los resultados de la combinación de vacunas, para desplegar esa nueva estrategia lo antes posible. En definitiva, todos los cálculos indican que la “tercera ola” se superpondrá en el tiempo con lo más caliente de la campaña electoral.