Opinión. “Lo que nos dejó la semana“
La semana que pasó dio cuenta de un nuevo aniversario de la traición de Germán Alfaro al campo y echó luz en la población acerca de la compulsión del intendente capitalino y de su mujer, Beatriz Ávila, de traicionar a diestra y siniestra si eso es lo que les conviene a sus espurios intereses. Ahora bien, ¿Cómo fue que el matrimonio que busca convertirse en la versión local de Néstor y Cristina Kirchner, recibió la bendición del PRO?
La pregunta toma relevancia si se tiene en cuenta que, justamente este domingo, su presidenta a nivel nacional, Patricia Bullrich, se hará presente en nuestra provincia para inaugurar una nueva sede del alfarismo. En ese sentido, cabe recordar que todo comenzó cuando el Jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, convocó a su par de San Miguel de Tucumán, quien ni lerdo ni perezoso concurrió a la propia sede del Gobierno porteño.
En ese viaje relámpago hacia la Capital Federal, buscando la bendición de quien pica como el candidato presidenciable que mejor mide en las encuestas para enfrentar en el 2023 al kirchnerismo a nivel nacional, obtuvo lo que quería. Y es que el mandatario municipal local fue ungido como una especie de primero entre pares de la oposición tucumana que se nuclea en Juntos por el Cambio.
Lo curioso es cómo puede dejarse pasar que Germán Alfaro ninguneaba hasta antes del comienzo de semana a la coalición opositora, debido a que estaba decidido a “cortarse solo” creyendo que con su partido capitalino, el PJS alcanzaría para llevarse el segundo puesto detrás del peronismo. Pero el llamado de Horacio Rodríguez Larreta parece haberlo hecho cambiar de opinión, cual panqueque que da una vuelta en el aire y se acomoda luego en la sartén.
Y es que como los gatos, Germán Alfaro aprendió a caer siempre de pie. Sobre todo, ayudado por la falta de memoria de la clase política que ahora parece querer olvidar la alta traición que el intendente de la ciudad y su mujer, Beatriz Ávila le hicieron en su momento a Juntos por el Cambio. Y es que cabe recordar una vez más que Germán Alfaro, es un intendente que llegó al Poder de la mano de Mauricio Macri.
Pero cuando el ex presidente no pudo lograr su reelección, el mandatario municipal se convirtió en el primer intendente del Interior del país en abandonar la coalición opositora. Y lo mismo hizo su mujer, Beatriz Ávila, abandonando Juntos por el Cambio para formar un bloque pequeño con otros desertores. Pero parece que ese historial marcado por la traición de parte de Germán Alfaro y de Beatriz Ávila, no le importa a la dirigencia nacional del PRO.
Al punto que el jefe de gobierno porteño, lo llamó para ofrecerle volver a conformar el espacio opositor, justamente a quienes traicionaron a los electores de Cambiemos, dos panqueques que Horacio Larreta terminó premiando. Pero desde Tucumán Despierta también dimos cuenta de que la sucesora de Mauricio Macri al frente del PRO, también fue una de las dirigentes que cuestionaron en su momento el accionar de Beatriz Ávila.
A principio de diciembre del 2019, por medio de las redes sociales, la propia Patricia Bullrich acusó abiertamente a la esposa del intendente Alfaro, de haber elegido “las prebendas del poder de los Fernández por sobre la representación de millones de argentinos”, al tiempo que le exigía “que devuelva la banca”. Hasta Mauricio Macri utilizó duros términos a la decisión de la mujer del intendente capitalino de romper con Cambiemos, espacio por el que fue electa.
En ese sentido, por medio de su cuenta de Twitter sostuvo que se trató de “una traición a la confianza de los votantes”. Lejos de quedarse callada, Beatriz Ávila redobló la apuesta y salió a contestarles a ambos por sus críticas para con ella. “La ministra Bullrich descalifica las conductas de los partidos que no supieron contener en alianzas y que no supieron manejar, porque nunca extendieron su visión más allá de la capital”, indicó.
Y acerca del ex mandatario opinó que “el Presidente Mauricio Macri que causó la mayor angustia traicionando la esperanza de todo el pueblo argentino y manejó a sus votantes con slogans publicitarios vacíos de contenido, hoy se preocupa por mi relación con nuestros votantes”. Pero como si eso no fuera suficiente, manifestó algo digno de la negación más famosa de la historia: la de Pedro a Jesús.
Y es que la diputada nacional dijo que “nosotros no somos del PRO, de ahí viene la gran confusión. Jamás fuimos PRO, y ellos no supieron contener a los bloques provinciales” y “nosotros no nos hemos vendido”. Es por ello que cabe preguntarse entonces: ¿Cómo es posible que el PRO tenga la idea de incluir al alfarismo dentro de Juntos por el Cambio después de la alta traición que cometió la pareja Alfaro – Ávila?
Y es que tal parece que ese historial marcado por la traición de parte de este matrimonio de oportunistas, no les importa a Horacio Rodríguez Larreta ni a Patricia Bullrich, quienes convocaron al intendente y a su mujer para ofrecerles volver a conformar este espacio político, aunque se trate de quienes traicionaron a los electores de Cambiemos. Es decir, se los premia a ambos como si el pasado se hubiera desvanecido en la niebla del oportunismo político.
No deberían olvidar ni dejar de lado en Juntos por el Cambio que Germán Alfaro y su mujer Beatriz Ávila conforman una pareja cínica en el mundo de la política, dirigentes de paladar negro del kirchnerismo y que no dudaron ni un segundo en traicionar en el pasado a los dirigentes nacionales que los llevaron a donde están ahora. En ese sentido, cabe destacar que en Tucumán esto no pasó desapercibido.
Y es que, cuando se confirmó que el bussismo no era aceptado en Juntos por el Cambio, Ricardo Bussi manifestó que “dejaron de lado a Fuerza Republicana e incorporaron a un peronista como Germán Alfaro, que ya los traicionó”. Y hasta recordó que Beatriz Ávila “había sido denunciada como traidora por Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta”. Pero eso no es todo.
Y es que, durante la semana que pasó, Alberto Colombres Garmendia, precandidato a diputado nacional por “Cambiemos Juntos” dentro de la lista de Juntos por el Cambio que encabezan José Cano y Silvia Elías de Pérez, hizo referencia a la interna en el frente opositor provincial. En esa línea, planteó que dentro del espacio se han postulado dirigentes importantes, aunque señaló que “han actuado con ego y celos”.
En esa línea, Colombres Garmendia apuntó contra Germán Alfaro, pero también contra Mariano Campero y Roberto Sánchez. “Mucho no se entiende que tres intendentes están a mitad de los mandatos y presentan sus candidaturas. Tenemos que ser conscientes de qué está en juego hoy, y no pensar en 2023. Ahora hay muchísimo en juego, para nosotros, la República y el modelo de país que queremos”, expresó.
“Nosotros somos Cambiemos y lo que siempre vendemos o transmitimos es que queremos cambiar la política. Entonces, tenemos que ser cuidadosos. Si la gente nos percibe como lo mismo, ¿cuál es el cambio? Si soy candidato testimonial, ¿dónde está el cambio? Si voy junto con mi mujer en una lista (por Beatriz Ávila), ¿cuál es el cambio? Si acarreo gente para un acto político, ¿cuál es el cambio?”, ejemplificó el ex parlamentario provincial.
Como si eso fuera poco, agregó que “Sí, soy crítico. No me gustó el acto (de campaña) que hizo Germán, con 10.000 personas, entre ellas de 70 años y amontonadas, en un contexto de pandemia. Mostremos que somos distintos”, añadió. Es por ello que cabe preguntarse: ¿Se puede hablar de una coalición de “distintos” cuando la integran traidores al espacio y, sobre todo, a la ciudadanía, como es el caso de Germán Alfaro y Beatriz Ávila?