Guadalupe Lucero (5) desapareció en la ciudad de San Luis el pasado lunes 14 de junio cuando jugaba con otros chicos en medio de un cumpleaños familiar. Nunca más se supo de ella. Ya pasaron dos meses y la investigación judicial parece no tener rumbo.
Este viernes, la Policía puntana realizó ocho operativos en el barrio 544 Viviendas, donde la menor fue vista con vida por última vez, y tomaron once declaraciones testimoniales más. Según los investigadores del caso, hasta el momento se hicieron un total de 419 allanamientos y 1.251 inspecciones en distintos sectores de la Provincia.
Desde que se inició la causa por la desaparición de Guadalupe, hubo procedimientos todos los días -no solo en San Luis sino también en otras provincias como Mendoza y Misiones- pero los resultados no son los esperados. “Son allanamientos sin rumbo. No saben dónde están parados”, dice a PERFIL Georgina Cialone, tía y madrina de Guadalupe.
La mujer, junto a su hermana y otros familiares de la menor, participó de la marcha nacional que tuvo su acto central en la capital de San Luis. Además, hubo concentraciones reclamando por la aparición de la nena de 5 años en Villa Mercedes, el Congreso de la Nación y las ciudades de Córdoba y Mendoza, entre otras.
Sobre la investigación en curso, Georgina responde que “no hay nada”. “Estamos peor que el día uno. Hicieron todo mal y ahora no saben cómo solucionarlo”, acusa.
La familia de Guadalupe mantiene firme la esperanza de que la nena se encuentra con vida y esperan que la llegada de Santiago Díaz, director de RIK 9, una brigada canina con sede en Chile, sirva para darle un impulso a la investigación.
Las pistas. La falta de elementos de prueba que indiquen un secuestro extorsivo o un caso de trata de personas impide que la causa pase al fuero federal, como reclaman los padres de la menor. De hecho, el fiscal federal de San Luis, Christian Rachid, consideró que “no es propicio” un cambio de fuero porque entre la prueba recolectada “no prevalece ninguna” que amerite “la intervención federal”.
No hay ninguna hipótesis que tenga más fuerza que otra. Esa es la realidad. La que apunta a una red de “trata de personas”, por ejemplo, figura entre las posibilidades como la de un secuestro extorsivo o la que plantea un mensaje mafioso dirigido a la familia de la menor.
Por la falta de indicios, nadie se anima a descartar que los captores se hayan llevado a Guadalupe por error y que se trate de un ajuste de cuentas que salió mal. Siguiendo esa línea es que la policía realizó excavaciones en la zona donde la niña fue vista por última vez y buceó en arroyos y diques, aunque sin resultados hasta el momento.
Otra posibilidad es que haya sido víctima de un ataque sexual. “Puede ser un secuestro al voleo con características de perversión sexual”, fue la última hipótesis que deslizó el abogado del papá de Guadalupe, Héctor Zabala.
La pista narco, como otras tantas, también aparece en la lista, aunque esta línea perdió fuerza con el paso del tiempo. Si bien es cierto que hay familiares lejanos vinculados al narcomenudeo, nada indica –al menos hasta ahora– que esto pueda tener relación con la desaparición de la niña.
Los padres no cuentan con antecedentes y además está demostrado que no tienen vínculos con ningún grupo criminal como para sospechar que la desaparición de la niña pueda tratarse de un mensaje mafioso dirigido a ellos.
Sobre la red de trata, no hay indicios concretos que sostengan esta teoría, más allá de algunas manifestaciones públicas realizadas por Susana Trimarco, figura emblemática de la lucha contra la trata de personas, la participación en la investigación de la Procuración de Trata y la denuncia de una mujer que fue víctima de una red, pero que no prosperó.
Guadalupe fue vista por última vez el lunes 14 de junio pasado a las 19 en la manzana H del barrio 544 Viviendas, en el sur de la ciudad de San Luis. Según fuentes policiales, estaba en la vereda junto a otros niños cuando supuestamente apareció una mujer y se la llevó.
“Tomábamos chocolate adentro y ellas quisieron salir a la calle. Mi mamá salió a ponerle una campera (a Guadalupe) porque estaba frío. Mi sobrinita más chica, que tiene 3 años, entró y dijo ‘la Guada no está’, y mi mamá salió ahí nomás, pero todos pensando que estaba escondida”, explicó en su momento Georgina.
“Extraño ver los juguetes por todos lados”
La mamá de Guadalupe Lucero (5) hizo un emotivo posteo en su cuenta de Facebook, a horas de cumplirse los dos meses de la misteriosa desaparición de su hija.
“Hace un año que recibimos la noticia que nos darían nuestra casita, nuestro hogar. Recuerdo que estaban ansiosos y felices. Acá hicieron sus amigos, adoptamos un perro, obtuvieron su pieza que tanto me pedían para jugar y tener sus cosas, ya que nos encontrábamos alquilando un lugar pequeño sin patio y al llegar acá se encontraron con este lugar soñado, éramos felices los tres”, escribió Yamila Cialone.
Sin embargo, confiesa que desde que desapareció su hija ya no disfruta de su casa. “Hoy no la disfruto. Porque no puedo ver cómo ella disfrutaba de sus cosas, de sus juguetes. La casa está vacía, triste; extraño ver los juguetes por todos lados, me duele no verte afuera con tus amigas jugando con barro. Me duele pisar una casa que se suponíamos seríamos felices y se convirtió en angustia, incertidumbre, desesperación por no tenerte acá…. Nos hicieron daño, muchísimo daño… Guada no está y no disfruta de su hogar por unos hdp se la llevaron ¿Por qué? Es lo que me preguntó siempre todos los días, a todas horas. Ya nada tiene sentido sin ella”, agregó. Hoy, Día del Niño, será una fecha en la que no habrá motivo para celebrar.