Las pericias realizadas tienden a complicar la situación procesal de Claudio “Cococho” Argañaraz, el único detenido por el brutal crimen del niño Benjamín Amaya, asesinado el 8 de agosto en El Colmenar.
Según el comunicado difundido por el Ministerio Público Fiscal, la fiscala Adriana Giannoni ya cuenta con los informes que había solicitado. Se trata de una serie de análisis para comparar cinco determinaciones que se hicieron en distintos allanamientos de evidencia secuestrada en la causa.
Los elementos examinados fueron: el cable coaxial con el que fue ahorcado Benjamín, una muestra de un raspado de pintura de la pared de la casa de Argañaraz (detenido por el hecho), pintura líquida secuestrada en uno de los allanamientos, pintura seca incautada en el domicilio de José Amaya, tío de Benjamín; y evidencias tomadas del gancho del que fue colgado el niño.
De los resultados obtenidos surge un 75% de compatibilidad entre el cable, el gancho y la pintura seca que estaba en el domicilio familiar donde se realizaba en ese momento el cumpleaños de uno de los hijos de un tío de Benjamín. En esa reunión también estaba “Cococho”.
Las fuentes judiciales indicaron que de esta manera se puede circunscribir el cable con el que fue asesinado el pequeño con la pintura seca y el lugar del hecho. Los investigadores no descartan que “Cococho” haya sacado el cable de esa misma casa y que se haya retirado con Benjamín, quien en ese momento habría estado jugando en la vereda de la propiedad.
El homicidio del pequeño de cuatro años ocurrió el jueves 8 de agosto pasado en El Colmenar. Su cuerpo fue hallado colgado de un puente en un descampado de la zona.
En el marco de la investigación fue detenido Argañaraz, de 37 años, uno de los hermanos de Francisco Adán Peñalva, quien era el abuelastro del niño.
El testimonio de un testigo de identidad reservada fue fundamental para permitir identificar al presunto homicida, quien quedó detenido posteriormente.