BUENOS AIRES (Por Marcelo Androetto, especial para La Gaceta) Y una noche, Gabriel Heinze le ganó a Marcelo Gallardo. Dos piñas de nocáut le asestó Vélez Sarsfield a River Plate y con ellas logró lo que poquísimas veces (16 ahora) en la historia: le ganó en el Monumental, donde además hacía más de ocho años que no cantaba victoria.
En un partido trepidante, el “Fortín” se impuso 2-1 a un River que mereció bastante más de lo que refleja el marcador. Pero goles (los de Nicolás Giménez y Thiago Almada –de penal-) son amores, suficientes para dejar en la nada el empate parcial de Ignacio Fernández, quien sobre el final tuvo otra igualdad en su botín zurdo y desde los 12 pasos: entonces Lucas Hoyos, con una gran atajada, cerró su partido de gloria.
Las noticias previas, desde fuera del estadio, habían llegado varias horas antes del pitazo inicial: la detención de los diez miembros de Los Borrachos del Tablón y el decomiso de su arsenal de municiones con supuesto destino de batalla contra La Banda del Oeste. Con un operativo de seguridad mayor al habitual, el Monumental y zonas aledañas se asemejaron al patio interno de un monasterio.
Las noticias previas, en el estadio mismo, tuvieron foco esencial en la ausencia a último momento de Fernando Gago -por una sobrecarga en los isquiotibials, según el parte médico oficial,-, quien de esta forma no volvió al escenario de algunas de las peores lesiones en su carrera. Además, Gallardo dejó en el banco a Javier Pinola, se volvió a decantar por el chileno Paulo Díaz.
Más allá de sus virtudes, fue demasiado premio para Vélez la victoria parcial que se llevó al entretiempo. Es cierto: Heinze no se pareció a Gustavo Alfaro, el “Fortín” se defendió con inteligencia, pero sin resignar sus ambiciones. También es cierto que el equipo “campeón” de la tenencia tuvo muchísimos menos el balón que el anfitrión, que fue y fue pero careció de profundidad y de poder de fuego en esos 45.
Fue un error de River el que facilitó el primer grito del visitante: una mala cesión con el pie de Franco Armani y una defensa mal parada derivó en una certera definición de Domínguez al segundo palo, a los 38 minutos.
Diez antes hubo un claro penal a favor del local no cobrado por Andrés Merlos, un árbitro al que este tipo de partidos le queda grande. Hoyos, habitualmente intrépido, salió a todo tren a despejar una pelota casi en el límite del vértice del área grande. Y con su mano impactó en la cara de Matías Suárez. Las airadas protestas de Gallardo fueron castigadas con una tarjeta amarilla sacada por el árbitro, cara a cara con el “Muñeco”.
Unos minutos antes del intervalo, Ignacio Fernández dejó temblando el travesaño. Y apenas regresados del vestuario, un cabezazo del “Tucu” Exequiel Palacios –luego fue reemplazado por el juvenil Benjamín Rollheiser- no llegó a la red por una gran volada de Hoyos.
A media hora del final, empezó a haber algo de justicia. Lucas Martínez Quarta, que la volvió a romper, llegó hasta la línea de fondo, tiró un caño y un centro, que Fernández tocó al gol. Para entonces, River asfixiaba a Vélez contra su propia área, durante unos diez minutos ni siquiera lo dejó pasar a campo local.
El “Fortín”, como le suele suceder, pagó físicamente en el segundo tiempo su despliegue en el primero. Y el “Millonario” –ya con Ignacio Scocco en cancha- fue con todo en busca de los tres puntos que lo dejaran más cerca de la punta. Una “delicatesse” de Martínez Quarta dio en el palo, y otros intentos agigantaron la figura del arquero Hoyos.
La victoria de River parecía al caer, pero la moneda cayó para el otro lado. El anfitrión volvió a quedar mal parado, y el sustituto Almada –acomodó la pelota con la mano, tras darle en el cuerpo- eludió a Armani, quien lo bajó. Al juvenil no le tembló el pulso de su pie y marcó de penal el 2-1.
A los 88, Merlos pareció querer compensar, cuando Díaz pateó y Domínguez saltó con los brazos arriba, girando su cuerpo. El balón pegó más bien debajo de su axila que en su brazo. Segunda amarilla para el jugador de Vélez. Y penal para River. Fernández lo pateó bien, junto al palo, y hacia allí voló Hoyos para certificar una victoria que a la visita la deja en zona de Copa Sudamericana.
El “Millonario”, en contraposición, casi casi que se cae de ella. Y ya quedó a seis puntos del líder Boca, con apenas siete partidos disputados. La Superliga no está hecha a la medida de Gallardo. Y los hinchas de River se fueron cantando contra el “Xeneize”, recordando Madrid, rogando que dentro de poco más de una semana, por Copa Libertadores, la noche del martes inicie con Enzo Pérez -salió por un dolor en el isquiotibial- en cancha y termine para mejor que la de este domingo.