El afán por ver terminada la primera obra después de nueve años y la urgencia de la campaña electoral llevaron al Astillero Río Santiago a acelerar los tiempos. Así, en un clima festivo, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, encabezaron el acto de botadura de una lancha para la instrucción de los cadetes de la Armada, a pesar de que su construcción no está totalmente terminada.
Entre aplausos, banderas y obreros del complejo naval subidos a bordo, la lancha fue lanzada al agua desde la Grada 3 del astillero, en un ingreso acuático triunfal, pese a que todavía está pendiente la colocación de las hélices y la línea de eje, que se están confeccionando en Tandanor.
“Es una cuestión de días, se completará en breve”, aseguró a LA NACION el titular de Tandanor, Miguel Tudino, quien destacó que “por primera vez después de 35 años la Armada recibirá una embarcación diseñada y construida enteramente en la Argentina”.
Tudino confirmó que el acto oficial se adelantó porque el Astillero Río Santiago necesitaba liberar espacio en las gradas para avanzar en la construcción de una compuerta flotante para el Dique 2 de la Base Naval de Puerto Belgrano.
Con fuerte presencia de trabajadores del astillero se realizó la botadura de la 94ª. Lancha de Instrucción de Cadetes de la Armada (LICA), bautizada con el nombre de Ciudad de Ensenada”, cuya construcción se había iniciado en 2013 e interrumpido durante el gobierno de Mauricio Macri, según se recordó en el acto.
“El Astillero está vivo”, exclamó Taiana, tras recordar que el complejo fue creado por Juan Domingo Perón en 1953 porque “creía que una Nación tenía que tener tejido industrial fuerte para poder desarrollarse”. En ese sentido, afirmó que “si no hay tejido industrial, fábricas que trabajen y produzcan en condiciones de satisfacer nuestras demandas, no hay futuro”.
Una historia de conflictos
No es la primera vez que el Astillero Río Santiago se ve envuelto en polémicas. Tiene una planta de 3200 trabajadores y se estima que solo un tercio tiene tareas. En sus seis décadas de vida, pasó por momentos de esplendor y cayó en profundas crisis, especialmente luego de que en los años 90 el presidente Carlos Menem lo transfirió a la provincia de Buenos Aires. Los conflictos llegaron a su punto más alto durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando una prolongada protesta gremial paralizó el complejo naval, con la toma de las instalaciones, en abierto desafío a la gobernadora María Eugenia Vidal, que había designado un interventor.
Pero ya durante el gobierno de Cristina Kirchner habían surgido dificultades. Ni siquiera pudo cumplir los compromisos con Venezuela para construir el buque petrolero Eva Perón, que todavía hoy está retrasado, al igual que el barco Juana Azurduy. Se trata de dos buques destinados a la petrolera estatal Pdvsa, con más de 180 metros de eslora y capacidad de carga para 47.000 toneladas. El propio presidente venezolano, Nicolás Maduro, amenazó con aplicar penalidades por el retraso del encargo.
Con la asunción de Kicillof, se hizo cargo de la presidencia del astillero el dirigente sindical Ariel Basteiro, a quien luego sucedió Pedro Wasiejko, también gremialista y con actuación en la CTA.
En septiembre de 2020, una grúa se desplomó en el muelle de alistamiento de la planta de Ensenada y causó heridas a tres obreros. En enero pasado, el gobierno nacional le entregó $40 millones para reactivar su producción e intentar ponerse al día en los compromisos pendientes.
Promesa de Kicillof
“La Argentina necesita industria e industria naval y los trabajadores serán protagonistas en ese camino”, dijo Kicillof, el mismo día en que la CGT celebraba con su propio acto el Día de la Lealtad peronista.
Lancha sin hélices
La embarcación fue diseñada y ejecutada por el Astillero Río Santiago para la Armada y fue presentada como la primera botadura realizada en la planta después de “la parálisis que provocó el gobierno de Cambiemos entre 2015 y 2019 y da cuenta del compromiso de la actual gestión que tanto a nivel nacional, provincial como del astillero tomó el compromiso de reactivar la industria naval”, se destacó en el parte de prensa del organismo.
“Siempre que un buque se bota al agua, faltan cuestiones de alistamiento. Se completará en breve”, dijo Tudino, al relativizar la falta de las hélices y la línea de eje en el momento de lanzar la embarcación al agua. “La lancha se construyó en dique seco y por eso el contacto con el agua tiene un valor simbólico, es un momento emblemático”, dijo, al justificar la realización del acto.
Entre otros detalles, precisó que algunos materiales para el montaje de la línea de eje se consiguieron en Italia y en la India.
“Dejando de lado cualquier consideración de tipo electoral, botar una nave de 33 metros de eslora sin que tenga colocado su eje propulsor y su hélice es cuando menos desprolijo”, afirmó, en tanto, el perito naval Fernando Morales, de la Liga Naval Argentina, al ser consultado por LA NACION.
Explicó que “las embarcaciones se botan y bautizan con un avance de obra de al menos el 70% y esta nave se encuentra muy por debajo de ese grado de avance”.
“El argumento del astillero es que se necesita lugar en la grada, pero si era una cuestión de espacio se puede hacer un traslado y aún una puesta a flote sin necesidad de montar una ceremonia”, advirtió.
Morales recordó que el proyecto de lanchas LICA se inició en 2013 y recién se comenzaron los trabajos en 2016. Luego, a principios de 2019 se paralizó por falta de presupuesto. “Muchas veces las demoras en las construcciones navales se imputan al astillero, cuando en realidad el cliente -en este caso el Estado deja de aportar los fondos para que la obra prosiga”.
La participación gremial fue revalorizada en el acto por Wasiejko. Agradeció “especialmente a los trabajadores y sus familias, que han puesto el hombro y han resistido para que el astillero esté de pie y empiece a marchar y a producir resultados”.
Estuvieron presentes, además, el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica bonaerense, Augusto Costa; el jefe del Estado Mayor de la Armada, vicealmirante Julio Horacio Guardia, y los intendentes de Ensenada, Mario Secco y y de Berisso, Fabián Cagliardi.