Marcelo Ricardo López arribó a la capital tucumana al mediodía. Estacionó su camión en doble fila, se bajó y tocó el timbre de la bodega ubicada en calle Bolívar al 900. Había llegado desde Mendoza para entregar una carga de vinos. Sin embargo, el chofer se topó el lunes con el local cerrado por la inactividad comercial y también con dos supuestos agentes municipales, a quienes denunció después por pedido de coima.
Según el camionero, oriundo de la localidad mendocina de San Rafael, dos personas aparecieron en un auto cuando estaba en el negocio. “Portaban camisas blancas con la inscripción de inspector de tránsito. Me pidieron los papeles y les di el carnet de conducir y la tarjeta verde. Al revisar las cosas, uno de ellos puso todo en el bolsillo y me dijo que no podía traer la carga a esta hora y que iba a secuestrar el camión. Le respondí que no conocía esa disposición”, relató.
El chofer contó que la misma persona le había dicho que debía ir al corralón, donde quedaría detenido el vehículo con dos acoplados. “’Hasta que tu jefe no pague la multa, no va a poder llevar el camión’. Eso me dijeron”, resaltó.
De acuerdo al reporte policial, un agente le habría pedido al mendocino $ 10.000 para no realizar el traslado. “Le contesté que no manejaba esa cantidad de plata. Salí con el tanque lleno y vengo echando gasoil con tarjeta. Salí con poco dinero, que uso para comprar comida. Llamé a mi patrón y le conté la situación. Ahí, no de ellos me quitó el teléfono y se puso a hablar con él. En todo momento le pedía $ 10.000”, detalló.
López, conforme a la denuncia, mostró a los agentes que cargaba $ 3.000 en la billetera. “El tipo sacó todos los billetes que tenía, de $ 500 y de $ 100. Me dejó sólo $ 50. Después me tiró la billetera, junto con el carnet de conducir y la tarjeta verde”, agregó. Los sospechosos le pidieron luego 200 litros de gasoil y cajas de vinos. “No toco nada del camión”, se excusó.
El chofer se retiró por avenida Roca y continuó por avenida Papa Francisco. Se contactó con policías y le contó lo había vivido antes. Desde allí, lo llevaron a una dependencia policial para ubicar el camión y pasar la noche. A la vez, realizó la denuncia en la seccional segunda.
La Fiscalía Especializada en Robos y Hurtos IV, al recibir la presentación, encomendó al personal policial que averiguara en la Dirección de Tránsito municipal si los sospechosos descriptos trabajaban en ese organismo. Fuentes policiales informaron que se había obtenido “datos personales” de un supuesto autor del hecho. No se dispusieron nuevas medidas por la causa.
Enrique Romero, subsecretario de Tránsito y Transporte, calificó de confuso el hecho. “Esta mañana (por ayer) le presentamos las muestras fotográficas de todo el personal al camionero mendocino. Se labró también un acta. Primero creyó identificar a un inspector, pero luego dijo que no era. Además, le presentamos a los inspectores del área de Transporte. Tampoco pudo identificar a alguien. Quedó todo en una mera declaración”, criticó. Romero dudó de la versión respecto del arrebato de la billetera y también por no poder reconocer el vehículo en el que se habrían movilizado los aparentes agentes.