Volvieron mucho peores. Por eso perdieron 5 millones 200 mil votos en dos años, un récord histórico. El gobierno de los Fernández perdió el 40% del apoyo en las urnas que habían logrado en el 2019. Es porque volvieron mucho peores en todo sentido. Sus trucos y mentiras cada vez engañan a menos gente. La realidad es que dan pena. Están envejecidos en sus ideas y en su metodología.
Otra vez las mentiras groseras pero dichas desde lo más alto del poder y en la cara de la gente. Un presidente que convoca a un acto para celebrar una derrota monumental a la que llama victoria genera preocupación e inquietud social porque no sabemos en qué planeta está perdida su cabeza. Los hechos son sagrados y las opiniones son libres. Alberto Fernández podría haber dicho que los que no votaron el proyecto de Cristina Kirchner están equivocados, son gorilas o lo que le plazca.
Son opiniones. Pero decir que ganaron la elección es un delirio. Porque la realidad fría e implacable de los números dice que Juntos por el Cambio sacó dos millones de votos más que el oficialismo. No es que el gobierno perdió sobre la hora por un penal mal cobrado. Perdió por goleada, casi 9 puntos de diferencia lo que traducido son dos millones de votos. ¿Cómo se llama eso?
Esto es lo más riesgoso que ocurrió hasta ahora. Porque si Alberto Fernández niega los datos objetivos, no podrá resolver absolutamente, nada. Si no reconoce que 9 millones de argentinos le bajaron el pulgar, va a seguir en el mismo rumbo equivocado que lo trajo hasta este fracaso colosal. Dicen los médicos que si no se reconoce la enfermedad es imposible encontrar el remedio adecuado.
Y si no se reconoce una derrota tan contundente, la palabra del presidente se devalúa hasta el precipicio, se consolida como un jefe de estado autoritario que ignora los pronunciamientos populares y queda encerrado en sus propias falsedades. Alberto Fernández, Cristina Kirchner, y Sergio Massa perdieron en sus distritos y además lograron batir el récord del peor resultado del peronismo en 11 elecciones legislativas y 9 presidenciales.
Nunca antes el justicialismo había sacado el magro 33,57% de los sufragios. La peor actuación anterior a esta fueron las parlamentarias del 97 donde consiguieron el 36,37%. ¿Qué van a celebrar hoy? ¿Que perdieron 5 millones 200 mil votos en dos años? ¿Que perdieron el domingo por 2 millones de votos? ¿Que perdieron el quorum en el senado por primera vez en 38 años? ¿Qué perdieron en 15 provincias, incluidas las cinco con mayor cantidad de habitantes?
Será la marcha de la derrota malversada en victoria. El acto del autoengaño. Siguen en la línea de la más repudiable actitud antidemocrática de Cristina Kirchner que se negó a ceder los atributos del mando a Mauricio Macri. Ella jamás felicitó al ganador. Solo le dio vuelta la cara de asco que puso. No felicitan a los vencedores porque creen que los vencedores son ellos. ¿Será una psicópata como dijo Alberto Fernández el 8 de diciembre de 2016?
Como la única verdad es la realidad, lo que está claro es que solo Alberto Fernández llamó a festejar la victoria y se habló encima. Y es que el presidente no sabe que solo la verdad nos hará libres. Como tampoco sabe que 7 de cada diez argentinos ya se dieron cuenta: “volvieron mucho peores”. El rey está desnudo. Y la reina también. Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio.