Cada vez se les hace más difícil poder disimular. La grieta dentro de Juntos por el Cambio no hace más que agigantarse con cada día que transcurre. Y es que la renuncia de Germán Alfaro a su banca de senador nacional resulta todavía indigerible para el resto de los integrantes de la coalición, justamente, los socios no peronistas de JxC, que ya no saben cómo morderse la lengua para no decir algo de lo que puedan arrepentirse después.
Y es que este hecho resalta a la vista teniendo en cuenta que hoy martes, será un día de consagración cuando tengan que posar para la foto de ocasión que se tomarán en la sede de los Tribunales Federales, en Las Piedras 418 al momento en el que tengan que recibir sus diplomas los candidatos electos el domingo pasado. En ese marco, la realidad es que hay caras de “pocos amigos” entre los socios.
La realidad es que las heridas más frescas son las de la oposición de Juntos por el Cambio a pesar de que podría haberse tomado como una victoria el hecho de que dejaron a JXC a dos puntos del PJ. Sin embargo, la polarización dentro del frente opositor es pública y notoria. De un lado el alfarismo; del otro los intendentes radicales del oeste, Roberto Sánchez y Mariano Campero, quien detesta a Alfaro.
El cisma estalló durante las PASO: el 12 de septiembre se impuso Germán Alfaro como candidato a senador y Sánchez como postulante a diputado. Ambos referentes se mostraron juntos en la campaña, pero las diferencias volvieron a brotar la última semana. Cuando el Concejo Deliberante de la capital, con el voto del PJ y de FR, renovó el lunes la mesa de conducción sin darle ningún lugar a Juntos por el Cambio, hubo un punto de inflexión.
Y es que ese día, el intendente anunció que renunciaba como senador electo. Su argumento: su espacio había ganado los comicios el día anterior, pero ahora “un pacto entre el manzurismo y el bussismo” quería darle al PJ la intendencia, pese a que los tucumanos habían sufragado otra cosa. Hubo dos reacciones internas automáticas. Las principales figuras del PRO nacional ensayaron una encendida defensa de Alfaro.
Desde Humberto Schiavoni, titular del bloque de Senadores del PRO, hasta Eduardo Macchiavelli, secretario general de esa fuerza; pasando por Patricia Bullrich, presidenta de ese partido, quien denunció en la prensa nacional que el Frente de Todos había intentado dar “un golpe de palacio” para quedarse con la intendencia de San Miguel de Tucumán. Un argumento verdaderamente insólito.
Simultáneamente, Mariano Campero cuestionaba la “candidatura testimonial” de Alfaro y lamentaba que Tucumán volviera a ser “una mala noticia nacional”. Sánchez, en tanto, lanzaba desde Concepción su candidatura a gobernador para 2023. En medio, la dirigencia radical no alineada con uno ni otro sector pidió “prudencia” y “madurez”. Pero el pregón de la unidad de Argañaraz no termina de encontrar eco entre sus correligionarios.
Esto se debe a que, en la noche del viernes, a las 22.07, Sánchez posteaba en su cuenta de Facebook las fotos de una reunión que mantuvo con dirigentes en Simoca. “Gracias por el esfuerzo y trabajo realizado en la elección del 14 de noviembre. Vuelvo a cada rincón de la provincia para agradecer”, reza el mensaje. Y abajo se lee una etiqueta: #SánchezAsume. No fueron pocos los alfaristas que sintieron ese “remate” como una provocación.
La respuesta que recibieron fue unívoca: no son tiempos para pelearse. Alfaro no pudo contener su habitual verborragia, pero al mismo tiempo, decidió recurrir a una posición cobarde y recurrió a las “indirectas” para responder sutilmente a su ex compañero de boleta electoral. De esta forma, habló durante un almuerzo en Raco y dijo que “no vengo a dar las gracias: quiero que nos felicitemos entre nosotros (por la elección del domingo), porque yo me siento un par de ustedes”.
De esta manera, intentó diferenciarse del intendente de Concepción, quien sí había agradecido por medio de la publicación de Twitter que tanto irritó a Germán Alfaro. Los grandes ausentes del cónclave opositor fueron el diputado nacional electo, Roberto Sánchez, y el senador radical José Cano. Y todo parece indicar que este tipo de ausencias irán de mayor a menor en el derrotero hasta las elecciones del 2023.
