En la capital tucumana hace tiempo que se corre la bola sobre que la ineficiencia y la desidia tienen la cara tras la firma de Germán Alfaro por todos lados. Y es que, una vez más, estaba en el aire latente la posibilidad de un paro de colectivos que dificultaría el traslado de miles de tucumanos previsto para este martes. Y una vez más también el intendente de la Ciudad se hizo el desentendido.
En ese sentido, dejaba librada a su suerte a la gente, incluso, sus propios votantes, que no iban a contar el día de hoy con un servicio esencial como el de transporte público de pasajeros. Es por ello que, ayer lunes, tras una reunión entre el gobernador Osvaldo Jaldo, empresarios del Transporte y los choferes nucleados en UTA, se desactivó un posible paro de colectivos para hoy martes.
En el encuentro llevado a cabo en Casa de Gobierno, se acordó que los trabajadores comenzarán a recibir sus salarios este martes, evitando una posible medida de fuerza advertida por el gremio si el pago no se realizaba el viernes. Es decir, el propio Jaldo tuvo que encargarse de resolver aquello que Alfaro ni siquiera atina a evaluar, mucho menos todavía a solucionar, ya que de eso nada sabe el intendente capitalino.
En su momento, Germán Alfaro estaba dispuesto a llamar a licitación por nuevas líneas de colectivos a convenir con nuevas empresas de transporte en el marco de un posible nuevo paro de UTA, el cual, finalmente no se llevó a cabo hace exactamente un año. Pero luego de que de forma imprevista los choferes de colectivo decidieran cortar el servicio desde el mediodía de ayer, el intendente capitalino debió entender que no podía postergar más su decisión.
Pero hace un año falló y en este 2022 ni siquiera tuvo el valor para asomar la cabeza y la escondió como si fuera un avestruz. Y es que los habitantes de la populosa San Miguel de Tucumán deben tomar conciencia de que es el intendente Alfaro quien podía poner fin al conflicto del transporte público de pasajeros. Para ello, debía sacar las concesiones para que, luego de un llamado a licitación, arriben empresarios serios.
Es decir, unos que puedan hacerse cargo de asegurar el normal funcionamiento de este servicio por demás esencial. Pero nunca En este sentido, Alfaro estuvo en su momento frente a una verdadera oportunidad histórica, pero se terminó convirtiendo en villano al no haber actuado de una buena vez. En definitiva, tuvo que aparecer Jaldo para sacar las papas del fuego. Ya sabemos que Alfaro siempre es de los que desaparecen cuando las papas queman.