Los problemas de oferta de los cereales provocados a partir de la invasión rusa a Ucrania y la consecuente suba en los precios internacionales no sólo están provocando importantes aumentos de precios en los alimentos derivados de estas commodities, especialmente del trigo y del girasol, sino que también generaron escasez de algunos productos en las góndolas a raíz de la especulación por parte de los productores. La incertidumbre respecto de cuándo cesará el conflicto bélico y, por ende, de cuál será entonces el costo de reposición, hace que muchos empresarios prefieran guardar el producto o entregarlo con precio a convenir. Sucede especialmente en el interior del país, donde las cadenas de supermercados ya salieron a advertir por escasez de aceites, harinas y sus derivados.
Como el del aceite, el fideicomiso del trigo anunciado la semana pasada consiste en un subsidio del sector exportador a los molinos que se dedican al consumo interno para asegurar el precio de comercialización de la harina 000 y los fideos secos incluidos en el programa Precios Cuidados. Los problemas de faltantes generados ni bien estalló la guerra se normalizaron en las grandes cadenas, pero no sucedió lo mismo en el interior del país. Según precisó a Infobae el titular de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), Víctor Palpacelli, “además del problema de abastecimiento de huevos y de la suba de precios por una cuestión estacional de falta de producción, las cadenas están sufriendo faltantes en harinas, aceites y mayonesas desde que se inició la guerra en Ucrania”. Según el empresario, algunos molinos harineros dejaron de entregar y otros lo hacen con factura abierta, sin precio. Y esa situación se mantiene hasta hoy, aunque esperan mejoras en los próximos días a partir de la puesta en marcha del fideicomiso.
A su vez, en el caso del aceite de girasol “está cuotificado y además se carece de surtido” según Palpacelli, quien agregó que también sucede con las mayonesas. La falta de rentabilidad provocada por los precios regulados históricamente ha generado este tipo de problemas, y ésta no es la excepción. Las empresas retacean los productos con precios acordados y ajustan los que están liberados. De hecho, hasta las grandes cadenas reconocen que en los últimos días comenzaron a llegar listas de precios de harinas, fideos y galletas que en algunos casos llegan al 30%.
Según señaló el presidente de FASA, desde la Federación se les pidió una reunión a los presidentes de Aceitera General Deheza (AGD), Molinos Cañuelas y Molinos Río de la Plata para intentar normalizar las entregas a los valores convenidos. Y se lo hicieron saber al secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Pero aún no tuvieron respuesta. Desde las empresas, en tanto, aseguran que las entregas son normales, excepto en los casos de artículos que han tenido menor producción a raíz del efecto Covid durante el verano.
Con respecto a los aumentos, fuentes del sector molinero aseguraron que los productos derivados del trigo que no están en Precios Cuidados ni alcanzados por el fideicomiso están teniendo subas importantes, ya que el cereal subió 50% en dólares -pasó de USD 250 a USD 360- desde que comenzó la guerra y para algunos productos, representa el 75% del costo total. “El fideicomiso de trigo ya está funcionando, pero va a terminar de implementarse a fin de mes, con efecto retroactivo a marzo. Pero eso sólo rige para los productos más económicos. El resto sufrirá en el curso de este mes subas más fuertes, de entre 10% y 30%”, dijo una fuente del sector, al agregar que “las subas se irán haciendo gradualmente para no perder mercado”. Con respecto al abastecimiento, la fuente planteó que “hubo un problema inicial con la harina que generó importantes quejas de los panaderos, pero ahora se normalizó”.
En una de las grandes cadenas afirmaron que están teniendo una fuerte tensión de abastecimiento no porque la industria no les entregue -eso le sucede más al canal tradicional y a las cadenas del interior-, sino porque los comercios de cercanía comenzaron a abastecerse en el canal moderno, donde por los Precios cuidados, los fideicomisos y las ofertas especiales que suelen realizar, terminan pagando menos que si le compran directamente a la empresa o al distribuidor.
¿Un nuevo Súper Cerca?
Además de intentar desacoplar los precios locales de los internacionales con medidas como la de fideicomisos -también se está negociando algo similar para el caso de la leche-, el Gobierno sigue insistiendo en lograr lo imposible: controlar los precios en todos los comercios de cercanía del país.
Tras el fracaso de Súper Cerca, promovido por la ex secretaria de Comercio, Paula Español, su sucesor, Roberto Feletti, intentó, sin éxito, que los 1.300 productos de Precios Cuidados funcionen en este canal a los precios pactados, sin considerar los márgenes del sector mayorista. Ahora, según contaron a este medio fuentes de varias empresas líderes de consumo masivo, el objetivo es armar una nueva canasta similar a la que conformaba Súper Cerca que esté compuesta por unos 70/80 productos. Pero no llevaría el precio fijo en la etiqueta y tendrían un valor diferencial. ¿Un nuevo fracaso en puerta?