Recientemente, Alberto Fernández le envió una carta a Andrés Manuel López Obrador. En la misiva, más allá de agradecerle por su apoyo al acuerdo que la Argentina alcanzó con el Fondo Monetario Internacional, el mandatario nacional le dejó varios mensajes claros a su par mexicano. Por un lado, que es necesario apoyar a Lula Da Silva en las próximas elecciones que se llevarán a cabo a principios de octubre en Brasil. Y en consecuencia, que si el líder del Partido de los Trabajadores resultara ganador en los comicios, podrían “encaminar la política de la región” entre los tres países.
“He visto que has estado con mi querido amigo Lula. Es una gran persona y el mayor líder que Sudamérica ha tenido y tiene. Deberíamos acompañarlo en todo lo que esté a nuestro alcance”, aseveró el Presidente argentino, invitando al mexicano a avalar la candidatura de Lula. Sucede que, más allá de la admiración que Alberto Fernández siempre expresó por el dirigente brasileño, del otro lado estará Jair Bolsonaro, el actual mandatario, a quien considera en las antípodas de su pensamiento.
“Regresé de mi gira por Chiapas y Tabasco al mismo tiempo que llegó Beatriz, quien me representó en Chile y Argentina. Mi amigo Alberto Fernández dio respuesta a mi carta con una bella, auténtica y fraterna proclama política. La comparto”, publicó por su parte AMLO en sus redes sociales, evidenciando que concuerda con la postura de Fernández.
En segundo término, en su carta Alberto Fernández expresó: “Si eso ocurriera, le haría un gran bien al sufrido pueblo brasileño. Pero, además, imagino que nos permitiría fortalecer el MBA (México, Brasil y Argentina), un eje en torno al cual podría encaminarse la política de la región en pos de una mejor calidad democrática y fundamentalmente en una más justa distribución del ingreso. Nunca debemos olvidar que vivimos en el continente más desigual del mundo”.
De esta manera, el Presidente argentino planteó la conformación de un nuevo espacio geopolítico entre las tres economías más grandes de América Latina, si se tienen en cuenta la capacidad industrial y el PBI de cada país. Además, claramente, ello sería mucho más simple teniendo en cuenta la mayor afinidad ideológica en comparación con Bolsonaro.Parte de la carta que Alberto Fernández le envió a López Obrador
Del escrito de Fernández se desprenden otros dos aspectos importantes. Una de las afirmaciones del Presidente argentino denota un cambio relevante, al menos en la faceta del discurso público: Lula Da Silva es el mayor líder de la región y ya no Néstor Kirchner, al que históricamente había resaltado en ese rol en su consideración.
Asimismo, como ya ocurrió en distintas situaciones, se produce una contradicción en los criterios que Argentina lleva a cabo en sus relaciones internacionales. Como sucedió en el caso de las elecciones en Chile, se expresa abiertamente una preferencia y un apoyo público a un determinado candidato, en esta ocasión de Brasil. En tanto, cuando se trató de Venezuela o Nicaragua se estableció un escenario diferente, de neutralidad y de no injerencia en cuestiones internas de cada país.
Consultado al respecto, el ex embajador argentino en Israel, Mariano Caucino opinó: “El Presidente Alberto Fernández ha vuelto a quebrar la regla elemental de no injerencia en los asuntos internos de los estados soberanos. Ha olvidado que su rol como jefe de Estado le impide tomar partido por uno u otro candidato en medio de una campaña electoral de otro país”.
Por su parte, Diego Guelar, ex embajador argentino en Estados Unidos, la UE, China y Brasil, consideró: “Alberto Fernández juega a un personaje de izquierda que no existe… miremos la Trayectoria a AMLO o de Lula, que se puede acordar o no con ellos, pero tienen 50 años de militancia en la Izquierda….Alberto es solo el testaferro de Cristina Kirchner. Todo lo demás es sencillamente mentira”.
En tanto, en la misiva Fernández también le reconoció a López Obrador su apoyo frente a la negociación que Argentina mantuvo con el FMI: “Quiero agradecerte las palabras que has escrito en tu carta. Han sido un bálsamo para mi espíritu en un tiempo tan difícil como el que me ha tocado enfrentar. Un país endeudado irresponsablemente que sumió en la pobreza a millones de compatriotas es lo que han dejado quienes me precedieron en el gobierno. El resto del daño lo hizo la pandemia”.