La plaza financiera argentina cerró nuevamente en baja hoy por el incremento en la aversión al riesgo tras un dato inflacionario estadounidense mayor al esperado, mientras que lo económico y político interno tampoco ayuda al desarrollo de los negocios.
Las crecientes dudas sobre el futuro de la tercera economía de América Latina, pese al cumplimiento de las primeras metas comprometidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), no dan tregua a una masiva corriente vendedora de activos que disparó al riesgo país a niveles máximos históricos.
El riesgo país argentino, que elabora el banco JP Morgan, se equilibraba en los 2.044 puntos básicos, aunque su récord intradiario trepó a las 2.068 unidades, cuando en septiembre de 2020 se reinició a un nivel de 1.083 puntos tras un millonario canje de deuda externa privada.
“Es imposible que sea un único factor lo que explique la subida del riesgo país y el desplome de los bonos. Argentina, después de la reestructuración de su deuda, perdió la capacidad de financiarse en dólares en el exterior y le quedó como única fuente genuina endeudarse en pesos en el mercado local”, declaró radialmente Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero.
Además, agregó que “como hay expectativas de inflación y de devaluación, el mercado empezó a comprar deuda y a financiar al Gobierno en bonos que están atados principalmente a la inflación, y en menor medida, en bonos atados al dólar (…) Ahora aparecieron las preguntas del mercado acerca de una eventual devaluación o un reperfilamiento y estas causas explican lo del mercado”.
“En Estados Unidos, la inflación se disparó y las tasas de interés reales son negativas (…) En Argentina, los bonos atados a la inflación cotizan a inflación, entonces, lo que hay en el país es una crisis de confianza sobre lo que puede llegar a pasar con estos bonos”, explicó un analista financiero a Reuters.