El ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró que la caída de las reservas internacionales responden a la decisión de “soltar un poquito” las divisas del Banco Central para “garantizar energía” a los argentinos.
“Entre dejar salir un poco más de reservas o cortarles el gas y la luz, nuestra decisión fue garantizar la calefacción de los argentinos y tener nuestras máquinas funcionando”. Así lo afirmó el ministro, en un acto en que acompañó al presidente Alberto Fernández, en la localidad bonaerense de Salliqueló, y donde se puso en marcha la firma de contratos para la construcción del Gasoducto Nestor Kirchner.
Allí el “superministro” defendió la estrategia trazada por el Gobierno nacional. Además, pidió ver las tapas de los diarios del exterior de los últimos treinta días para entender lo que está pasando en el mundo. En España hay decisión de apagar vidrieras; en Francia se apaga la iluminación de monumentos y museos; y Alemania está saliendo de la ruta verde de transición energética para volver a la quema de carbón como estrategia energética o a la leña en los hogares.
“Esto nos describe cual es el escenario en el que estamos viviendo. Un escenario que tiene precios para los países. Esto obliga a quienes gobernamos a elegir”, dijo Massa. Y en ese sentido, defendió la decisión política de garantizar la importación de energía más allá de los elevados precios actuales.
El funcionario admitió que la agenda de debate público hoy está enfocada en gran medida en la situación de las reservas internacionales. En ese sentido, señaló que el mayor impacto en esa caja de divisas estuvo dado desde marzo en la necesidad de sostener las importaciones de energía.
“Cuando en diciembre nos rechazaron el Presupuesto, el país tenía una proyección de valores y gastos para la energía. Estos se han multiplicado por entre cinco y diez veces”, comentó Massa para dar cuenta del impacto en las reservas.
Luego, dijo que como gobernar es tomar decisiones, el Gobierno optó: “Entre dejar salir un poco más de reservas o cortarles el gas y la luz porque tuvimos que importar gas, gas licuado y diésel para sostener el nivel de actividad, nuestra decisión fue soltar un poquito de reservas pero garantizarles a los argentinos que pudieran tener calefacción en casa, la computadora funcionando, las máquinas de las empresas funcionando. Y que a pesar de que el mundo vive la crisis del gasoil, las cosechadoras y las fábricas siguieran adelante”.