Sobre llovido, mojado. La semana que pasó para jamás volver fue una de las peores de la carrera política de Germán Alfaro. Y es que la polémica en torno a la eliminación de los “cuida coches”, lejos de mermar, no hizo más que crecer hasta producir un enfrentamiento entre el intendente y los actores de la economía popular. Pero como si ello fuera poco, ahora trascendió una noticia que directamente le hizo perder los estribos.
Y es que apareció un dirigente cuyo prontuario político es de los más oportunistas y oscuros, a promover la figura del cuestionado intendente capitalino. En ese sentido, cabe mencionar que se trata de Pablo Walter, quien no tuvo mejor idea que expresar que “Germán Alfaro es la persona indicada para gobernar la provincia”. El problema radica en saber a ciencia cierta quién es en realidad Pablo Walter.
Su militancia se produjo en la vieja UCeDé (Unión del Centro Democrático) y luego se pasó a las filas de Fuerza Republicana, la fuerza creada por el represor condenado por genocidio, Antonio Domingo Bussi. Primero fue concejal y luego diputado provincial, y por su cercanía al condenado por delitos de lesa humanidad, por entonces gobernador, y a su hijo, Ricardo, se convirtió en uno de los virtuales voceros el bussismo en Tucumán.
Walter también fue senador nacional por FR, el partido que desde el Congreso nacional supo operar en contra de toda iniciativa vinculada a los derechos humanos. De hecho, en 2003 fue una de las fuerzas que en la Cámara alta votó en contra de la nulidad de las leyes de Obediencia de Vida y Punto Final. Tiempo después, cuando se conocieron las cuentas bancarias que Bussi tenía en Suiza, Walter se alejó de esas filas.
Sin embargo, esa historia no está bien contada. Y es que, en realidad, ningún aspecto ético llevó a Walter a irse de FR, sino el oportunismo que lo caracteriza es lo que lo obligó a irse después de que contemplara que él ya no tenía futuro en un espacio político que terminó siendo funcional al peronismo en realidad. Es por ello que se enlistó en el Movimiento Federal Recrear, de Ricardo López Murphy, hoy también aliado del macrismo.
Con los años, se acercó al PRO de la mano de Esteban Bullrich y fue uno de los armadores de esa fuerza en las provincias del noroeste. Cuando en 2015 Mauricio Macri llegó a la Presidencia de la Nación, Walter fue designado como director de Aysa. Y es ahí donde las sospechas de corrupción comenzaron a seguirlo a sol y sombra, lo cual pinta de cara entera a este personaje.
Al final de esa gestión, la empresa estatal terminó con un déficit de 14 mil millones de pesos. Cuando los números ya estaban en rojo, uno de los gastos que la administración de Juntos por el Cambio había aprobado en 2019 fue un acuerdo por 2 millones de pesos anuales con Boca Juniors, por entonces presidido por Daniel Angelici, en concepto de invitaciones para ver partidos en sectores VIP de la Bombonera.
Entre los fundamentos con que se justificó ese gasto exorbitante que nada tiene que ver con las obras sanitarias para la que fue creada la empresa se habla de “la importancia de conocer el Mundo Boca”, las “relaciones sociales” entre la compañía estatal con la comunidad, y “las vivencias y la mística” que despierta la Bombonera.
Elisa Carrió denunció que durante el gobierno de Macri en AYSA había una casta de Frigerio haciendo negociados.
“Es una caja. Y es de Massa. Antes fue del [exministro del Interior, Rogelio] Frigerio. Antes (durante el gobierno de Macri) la casta de AYSA era de Frigerio”, expresó la líder de la Coalición Cívica. “[Frigerio] me puso un amante en una lista, y dije ‘Me bajo de la lista de Capital si no me sacan a la amante de Frigerio, que estaba incluso como su testaferro en AYSA”, agregó. Cabe mencionar que por entonces Pablo Walter era quien ahí se desempeñaba.
“Una empresa como AySA (Agua y Saneamientos Argentina SA) que se dedica o se tendría que dedicar a poner caños de agua para la gente que no tiene agua, a dar un buen servicio de agua y cloacas, le pagaba $3.200.000 por mes al club Boca Juniors para invitar periodistas a la cancha de Boca”, denunció Sergio Massa, y explotó el escándalo que salpica a la empresa estatal que durante el macrismo contó en su directorio con el tucumano Pablo Walter.
Massa remarcó que los dirigentes del macrismo que dejaron la función pública el pasado 10 de diciembre “no fueron los grandes CEOS de empresas privadas que hicieron grandes gestiones” y puso como ejemplo que “una empresa como AySA para este año proyectado por la mala gestión del gobierno de Macri tiene 14 mil millones de pesos de déficit mientras el directorio anterior tenía tarjeta de crédito coorporativa”.
Durante los cuatro años de gobierno de Macri, el tucumano Pablo Walter integró el directorio de AySA junto a José Luis Inglese (presidente), Alejandra Alberdi (vicepresidenta), Camilo Di Boscio y José Luis Lingeri (miembros del directorio). Su devoción por Marcelo Gallardo o que estuvo presente en la final de la Copa Libertadores jugaba en Madrid no impidieron la firma del millonario convenio AySA – Boca.
Tras el escándalo, se conoció que la primera factura que presentó el club dirigido por Angelici fue por dos millones de pesos en concepto de “contrato de sponsoreo” con vigencia desde el 1º de septiembre de 2019 hasta el 31 de agosto de 2020. “Estamos tratando de ordenar nuestro club que no lo encontramos de la manera que se decía. Hoy aparecen cosas muy tristes, como que Aysa aportaba dinero. Es una cosa que no se logra entender. Esto no le hace bien a Boca”, dijo el nuevo presidente de Boca, Jorge Amor Ameal.
En ese sentido, cabe hacer hincapié en el hecho de que no es casualidad que justamente la propia Carrió haya salido de forma decidida a recordar lo que fue AySA en la época macrista. ¿Acaso se trataba de una amenaza o de una especie de recordatorio acerca de esa época? Y es que esta dirigente política sabe que existiría una especia de pacto entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
El mismo consistiría en apoyar a dirigentes tucumanos en las elecciones del año que viene a pesar de su “prontuario” político y hacerlo por encima de cualquier vía democrática de elección. En otras palabras, Larreta y Bullrich estarían decididos a optar por el dedo a la hora de bendecir a sus candidatos en Tucumán. Lo cual significa que no respetarían la voluntad del pueblo que señala en todas las encuestas que es la UCR con Roberto Sánchez a la cabeza la mejor opción.
Y Pablo Walter y Germán Alfaro son los protegidos por el PRO a nivel nacional por parte de figuras porteñas como es el caso de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Esto lo sabe Elisa Carrió y habría sido ésta situación la cual la llevó a alerta acerca de las espurias pretensiones del Jefe de Gobierno y de la titular del PRO. Este hecho lleva a la conclusión de que Juntos por el Cambio vuelve a ser más de lo mismo.
Y es que desde el PRO prometen modificaciones para que nada cambie. Por el contrario, aspiran a mantener el statu quo y a quienes forman parte de la casta más rancia de la provincia como Alfaro y Walter, una especie de títeres que no harán más que seguir las órdenes porteñas a cambio de continuar manejando de forma ineficiente los hipotéticos destinos de Tucumán si llegan al poder.
Sin ir más lejos, en la semana que se fue para nunca regresar, Walter se volvió a mostrar por el Conurbano bonaerense en una recorrida con quien es su referente, Patricia Bullrich.
En definitiva, los temores de Carrió serían ciertos: Larreta junto con Bullrich estarían convencidos de apostar por personajes nefastos como Walter o el mismísimo Alfaro, “cambiar para que nada cambie” y así el poder se maneje desde las sombras.
