Durante el sábado se dio a conocer la primera decisión judicial sobre el futuro de la policía arrestada por robarle el celular a una menor de edad en Plaza Urquiza. La uniformada, pasada automáticamente a disponibilidad, tiene 24 años y deberá cumplir prisión preventiva mediante control de pulsera electrónica por un plazo de 20 días. A la privación de su libertad, la Fiscalía solicitó sumar la imposición de una fianza personal por el monto de $200.000.
Se trata de un pedido que fue avalado por el juzgado de turno. La acusada enfrenta cargos como coautora de hurto agravado por ser cometido por un miembro integrante de una fuerza de seguridad. La pena por este delito, según reza el artículo 163 del Código Penal Argentino, va desde uno a seis años. Sin embargo, el castigo puede aumentar en un tercio cuando el imputado es uniformado.
//Insólito: una policía detuvo a una policía en la Plaza Urquiza por robo
Es decir, la ahora conocida como “la policía arrestada por una policía” podría pasar hasta ocho años tras las rejas. En la audiencia realizada este sábado, la ahora ex policía aficionada de lo ajeno se abstuvo de declarar. “Estamos ante una situación de una gravedad y complejidad que pocas veces hemos visto”, manifestó Ricardo Ybáñez, auxiliar fiscal de la Unidad de Delitos Flagrantes IV, a cargo de la fiscal Susana Cordisco.
“Fue un hecho cometido a plena luz del día, en un espacio público de alta concurrencia, donde hubo una selectividad de una víctima doblemente vulnerable por ser niña y mujer. Decimos selectividad porque la imputada hacía una hora y media que ya estaba circulando por la plaza, conforme a lo aportado por testigos”, precisó el investigador. Cabe recordar que el hecho tuvo lugar el pasado jueves, alrededor de las 11 de la mañana.
La policía rondaba la zona desde hacía aproximadamente una hora y media. Vestía su uniforme reglamentario, pero no llevaba su placa identificatoria. Luego de hacer un estudio exhaustivo de la zona, se acercó a una pareja de adolescentes al grito de “¡¿a dónde tienen los fasos?!”, simulando estar llevando adelante una requisa policial por flagrancia. Entonces, la acusada procedió a registrar el cuerpo y las pertenencias de la menor que resultó su víctima.
Tomó su mochila, la abrió para ver en su interior y sustrajo un teléfono celular. Y en ese momento ocurrió lo impensado, lo jamás imaginado por nadie. Y es que la policía acusada de robo le entregó el móvil de la adolescente a otro sujeto, tampoco identificado, que se había acercado para ver lo que pasaba. En cuestión de segundos, el desconocido salió corriendo del lugar con el botín en su poder.
Y abordó un auto que parecía estar esperándolo cerca del lugar de la falsa requisa. Fue por el reclamo de una testigo, a los gritos, que otros miembros de la fuerza policial que patrullaban la plaza se acercaron para enterarse de todo. Al ver que la mujer uniformada no portaba su identificación, y al no poder explicarles de forma fehaciente su presencia en la zona, procedieron a su aprehensión y traslado a la Dirección de Distrito Urbano Capital.