La dirección del Servicio Penitenciario de Tucumán sufrirá un importante cambio durante las próximas horas. Agobiado por varias denuncias graves, el comisario Luis Pereyra le presentó su renuncia al gobernador Osvaldo Jaldo y su lugar será ocupado Miguel Gómez, según adelantaron fuentes oficiales.
Tras una auditoría en el área, se detectaron algunas irregularidades en el penal, especialmente, en lo que se refiere a la distribución de la comida a los detenidos de las comisarías.
Comida en mal estado
Según una publicación de La Gaceta, los presos comían sándwiches en mal estado y dos tortillas pese a que el Estado enviaba fondos para una mejor alimentación.
Además, se supo que los detenidos no los comían y, antes de tirarlos, los policías los regalaban a personas en situación de calle o, cuando no eran aptas para consumo humano, se la entregaban a criaderos de cerdos para que alimenten a los animales.
También se informó que Pereyra no mantenía una buena relación con los tres jueces de Ejecución de la provincia. Uno de ellos le aplicó una multa de $ 30.000 por no haber cumplido con una orden que le había dado.
