Este jueves por la noche, el equipo económico que encabeza Sergio Massa llevó al Congreso el Presupuesto 2023. En el proyecto que refleja la hoja de ingresos y gastos que pretende cumplir el Gobierno, ya se admite una inflación para este año del 95% y del 60% para el próximo período. En tanto, también propondrán eliminar beneficios impositivos para achicar el déficit.
La planificación sobre la que trabajan en el Palacio de Hacienda prevé que el nivel de precios se ubicará en el 95% para 2022 -muy alejado del 62% que había reconocido Martín Guzmán antes de renunciar-, mientras que para el año entrante se piensa que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) será del 60%.
Asimismo, se espera para el 2023 un dólar oficial a $269 hacia fin de año, un crecimiento del 2% del PBI y una déficit fiscal primario del orden del 1,9% -en línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, tal como adelantó TN. “Tratamos de hacer un presupuesto realista, acorde con el momento”, defendieron en despachos oficiales.
Sobre el tipo de cambio, no se esperan “saltos específicos”, sino que lo “irá administrando el Banco Central” y la brecha dependerá “de la capacidad para bajar el techo”.
El Gobierno busca bajar el déficit
Por otra parte, el Gobierno quiere sumar una propuesta al Congreso para achicar el déficit en 2,4% del PBI. “Es una separata en la que planteamos la posibilidad de eliminar algunos beneficios impositivos de algunos sectores. Por ejemplo, Ganancias de jueces, alícuotas de algunos sectores financieros o beneficios que tienen directores de empresas que no pagan impuestos. Todo computa para el superávit”, graficaron fuentes del Ministerio de Economía.
En este sentido, no está previsto hasta el momento la creación de impuestos nuevos ni variaciones en la alícuota de retenciones.
El objetivo del equipo económico es cumplir con las metas previstas en el acuerdo con el FMI, que proyectan un déficit del 2,5% y una acumulación de reservas de US$5800 millones entre sus principales desafíos. Para alcanzar el objetivo fiscal, hoy en Hacienda apuntan a lo que denominan “dos grandes jugadores”: la segmentación de tarifas y la quita de subsidios a la energía y el transporte.
Además, en el Gobierno consideran que el ordenamiento fiscal reducirá el financiamiento monetario y, a su vez, desacelerará la inflación. “Es un requisito para la inflación baja tener ordenamiento fiscal. La emisión monetaria va bajando y eso hace que baje la inflación”, detallaron en Economía.