En la previa de uno de los duelos más destacados de la fecha de la Liga Profesional, donde Gimnasia y Boca, dos de los animadores del certamen, se enfrentaban por la fecha 23 en un partido clave por el título en el Estadio Juan Carmelo Zerillo, que rápidamente se colmó de gente, se cerraron las puertas y los hinchas y socios del Lobo que se quedaron afuera se enfrentaron con la policía en los distintos accesos del Bosque. Hubo graves incidentes con corridas, piedrazos y balas de goma.
El conjunto platense busca sumar de a tres, llegar a los 40 puntos y quedar a cuatro del puntero del certamen, que es Atlético Tucumán, mientras que el Xeneize, que tiene 42 unidades, quiere treparse a lo más alto, dejar a los dirigidos por Pipo Gorosito a ocho puntos, con muy pocas chances de alcanzarlos. Dada la trascendencia del encuentro, las tribunas del estadio se colmaron rápidamente y se alcanzó el límite de capacidad poco menos de media hora antes del pitido inicial, se cerraron todos los accesos y los que llegaron tarde no lo tomaron de la mejor manera.
Con el correr de los minutos, la policía respondió con gases lacrimógenos, que terminaron ingresando al campo de juego y afectaron a jugadores, cuerpo técnico y terna arbitral, además de a los hinchas de las plateas más cercanas a los incidentes. El partido quedó demorado a los diez minutos de juego, con ambos planteles retirándose al vestuario hasta que pase el efecto de los gases.
Finalmente, el árbitro Hernán Mastrángelo decidió suspender definitivamente el partido por falta de garantías.