POSADAS.— Un turista que visitaba el Parque Nacional Iguazú cayó hoy cerca de las 10.30 a las cataratas en la zona del Salto Bossetti, en el circuito inferior.
La información fue confirmada a LA NACION por autoridades del parque, que no dieron más detalles al respecto. “Estamos en una emergencia”, dijeron.
El turista está siendo buscado intensamente por efectivos de Prefectura Naval y por guardaparques.
No se sabe, tampoco, si el visitante, que aún no fue identificado, cayó de manera accidental cuando intentaba sacarse una selfie subido a la baranda de una pasarela o si se trató de un hecho voluntario. A lo largo de la historia, muchas personas eligieron suicidarse arrojándose a las cataratas.
El río Iguazú se encuentra con un caudal muy elevado que destruyó las pasarelas metálicas con las que los turistas llegan a la Garganta del Diablo, por efecto de la fuerte correntada que arrastró troncos y desplazó 51 tramos de esa pasarela.
Se trata de la mitad de la pasarela, que tiene 100 tramos en total, y con los que se alcanza un corredor de 1100 metros que llevan desde la estación del Tren Garganta del Diablo hasta el balcón que da al salto más famoso de las Cataratas.
Según informaron desde la concesionaria Iguazú Argentina, la construcción de la pasarela está pensada para que en ocasiones de crecida como la de estos días, los distintos segmentos metálicos de esa larga pasarela de desprendan ante el choque con troncos u otros sedimentos.
De esta forma, se logra que no se dañen los pilotes que están fundados en la roca viva del lecho del río Iguazú.
El método de construcción prevé el rebatimiento de las pasarelas y también, eventualmente, el desprendimiento de las mismas, para luego ser recuperadas del mismo lecho del río.
“Cuando el río llega a un nivel de alerta las pasarelas se pliegan o rebaten, pero cuando el río supera el nivel de creciente extraordinaria, el sistema de la superestructura metálica funciona como fusible, se desprende, se separa y cae al lecho del río para ser recuperadas”, explicó a Radio Yguazú, el Ingeniero Marcelo Zuliani, gerente de operaciones de Iguazú Argentina.
Sin embargo, según detallaron fuentes de la concesionaria, esta vez recuperar estos pedazos de pasarela que descansan en el lecho del río llevará algún tiempo hasta que la bajante permite realizar esas tareas.
Por lo cual no se descarta utilizar algunas que tienen en reserva y mandar a construir otras.
Ahora el caudal del río se encuentra bajando, pero sigue con niveles más altos que los habituales.
Cierre preventivo
El miércoles pasado, la suba del caudal del río Iguazú, producto de las intensas lluvias aguas arriba, obligó a las autoridades del Parque Nacional Iguazú a cerrar el acceso a la Garganta del Diablo, el atractivo más conocido del parque.
Las imágenes que se viralizaron mostraban que el agua había llegado al nivel de los balcones de hierro, por lo cual se desplegaron las barandas para evitar que troncos u otros elementos arrastrados por el río dañen su estructura.
Ayer, la crecida ya era imponente, y el Circuito Garganta del Diablo de las Cataratas continuaba cerrado. Pese a que el viernes el resto del paseo había sido habilitado tras permanecer algunos días restringido su acceso por la suba de los afluentes en Brasil, los especialistas determinaron que algunas de las pasarelas de los miradores turísticos fueron arrasadas por la corriente, por lo que habrá que repararlos.