El 26 de julio del 2020 comenzaba un triste calvario para la familia Lencina. Un calvario que –en gran parte- terminó ayer martes. Esa noche de invierno, Luciano Nicolás Lencina celebraba una fiesta de 18 años en Inca Garcilazo y La Rioja, al sur de la capital tucumana. Mientras disfrutaban de la fiesta, un grupo de adolescentes que no estaba invitado intentaba ingresar a la fuerza, situación que generó tensión en la calle cuando comenzaron a realizar tiros al aire en modo de amenaza.
Pero que después de u rato parecía haberse disipado. Horas más tarde, Luciano, un joven de 22 años, partió del lugar para acompañar a su sobrino a casa, caminando, en barrio ex ingenio Amalia. Después de asegurarse de que su sobrino llegara sano y salvo, emprendió el regreso a la fiesta para buscar a una amiga. Lo que nunca se imaginó, fue que girando la esquina por calle La Rioja, fuera interceptado por la misma banda de jóvenes que antes habían generado disturbios en la puerta de la fiesta.
Sin mediar palabras, Luciano Nicolás Lencina fue asesinado de dos tiros por la espalda. Lo cierto es que, desde ese momento, comenzó la peor etapa de la vida de su familia, quienes no solamente tuvieron que lidiar con el dolor de la muerte, sino que se encontraron de frente con el agujero judicial de batallar con buscar justicia teniendo como acusado a un homicida menor de edad.
“Uno de los acusados no era apto para ser juzgado, porque en la fecha tenía 15 años, es del barrio 11 de marzo. El otro chico que fue señalado como el único autor del crimen o al menos eso dijeron en la primera etapa, tenía 16 pero ya tiene 18”, explicó Gabriela Pedernera, cuñada de la víctima en septiembre.
“Este chico siguió haciendo delitos. Tiene perimetral con mi familia por amenazar a mi hija con revolver, y ahora le suspendieron la declaración en cámara gesell a ella porque su abogado tenía un catarro, y la otra parte de la cámara también la suspendieron porque no se presentó. Además de que nadie hace nada por las amenazas de muerte, desde el 2020 cuando mataron a mi cuñado ninguno fue detenido, uno solo fue preso por un mes que es algo que logré que hagan recién en junio de este año”, contó en su momento.
Luciano Nicolás, como lo recuerda su familia, vivía con sus padres y su hermano menor. Amaba jugar a la pelota y estar con su mamá, “Vivía para ella, todo el día andaban juntos” recordaban en Septiembre de este año para este medio. Sin embargo, desde julio del 2020 todo cambio para ellos, pues la lucha por justicia se convirtió en bandera diaria. Ayer martes, finalmente se llevó a cabo el juicio contra Áxel Vallejo, el joven que ya cumplió sus 18 años y que pudo ser juzgado por el homicidio.
“El juicio tenía que empezar a las 7:30 de la mañana y empezó a las 10 porque el acusado no se presentaba, dijo que él no sabía que había juicio, que no tenía noción de lo que estaba pasando” comentó Pedernera. “Cuando empezaron los alegatos la jueza nombró las causas del acusado y tenía diez, entre esas hizo referencia a las amenazas de muerte a mi familia. Él, además de tener causa por el asesinato de Luciano, también tenía causa por el atentado de Villafañe. Después tuvimos que sacar a la mamá de Luciano porque se descompuso, se le subió mucho la presión y la llevaron a un sanatorio” relató Gabriela.
“Yo me quedé ahí delante de ellos y la jueza Solorzano escuchaba todo lo que hablaban y lo que el abogado quería mentir, escuché como decía cosas que no cerraban, hasta que dictó la sentencia la y le dieron 12 años de prisión en la cárcel”. “Estamos agradecidos por todo lo que nos ayudaron desde la fiscalía, aunque sé que con 12 años no se va a sacar el dolor de la familia ni de sus padres, pero no quedo en vano la muerte de Luciano”.
Es lo que aseguró la esposa del hermano de la víctima y vocera de la familia Lencina. Testigos del barrio aseguran que aún después del homicidio de “Buby”, los dos señalados como culpables continuaron cometiendo crímenes y asaltando a mano armada. El otro adolescente que no pudo ser juzgado todavía no puede ir al banquillo de los acusados porque no alcanzó la mayoría de edad.