El Gobierno asegura que en los próximos días firmará el acuerdo de intercambio de información automática con los Estados Unidos, lo que abrirá un universo de información tributaria hasta ahora desconocida para el fisco y que podría reportar un adicional de recaudación impositiva.
Altas fuentes oficiales ratificaron en las últimas horas que el acuerdo con la agenda tributaria norteamericana será rubricado en los próximos días, algo que había anticipado el ministro de Economía Sergio Massa. En los despachos oficiales del equipo económico aparecen algunas proyecciones sobre el impacto inicial que podría tener un pacto fiscal de esta naturaleza -como el que ya existe, por ejemplo, con los países de la OCDE– y una lectura sobre cómo reaccionarán contribuyentes y bancos estadounidenses ante la puesta en marcha del acuerdo Fatca, la ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras (o Foreign Account Tax Compliance Act).
Algunas dudas que permanecen entre los expertos tributaristas están relacionadas a los plazos de implementación de un acuerdo de intercambio automático y recíproco como el que alista el Ministerio de Economía y discuten cuál será la profundidad de información que proveerá la IRS (Internal Revenue Service) norteamericana sobre cuentas de ciudadanos argentinos en ese país.
Cuándo se anuncia
El equipo económico prevé un anuncio formal de la firma para esta semana o, a más tardar la próxima, algo que incluirá la firma del titular de AFIP Carlos Castagneto y la del propio ministro de Economía Sergio Massa, junto a la contraparte norteamericana.
Massa firmará el acuerdo con la IRS en los próximos días (Gustavo Gavotti)
Cuándo entra en vigencia
De acuerdo a fuentes oficiales, la hoja de ruta implica, luego de la firma, que el intercambio de información fiscal automática entre las dos naciones, que tenga como fecha de inicio del 1° de enero de 2023. Eso no significará que los datos de contribuyentes argentinos comiencen a ser recibidos por AFIP de inmediato.
El protocolo que sigue el acuerdo FATCA con el resto de las naciones, y también lo hará con la Argentina, es que enviará la información una vez por año, el 30 de septiembre, con la foto del cierre del año anterior. Según una alta fuente del equipo económico, “para determinados casos se puede pedir información retroactiva, pero la potencia central del acuerdo es hacia adelante”, mencionó.
En los despachos oficiales hacen alguna lectura sobre cómo reaccionarán contribuyentes y hasta los bancos norteamericanos ante la llegada de un flujo de información automático entre los Estados Unidos y la Argentina. En ese sentido, consideran razonable que algunos contribuyentes, para evitar que su información llegue al fisco por la vía de intercambio, rectifiquen sus declaraciones juradas para ajustarlas sobre fin de de año, justo el momento en que queda determinada la foto para la base de imposición de Bienes Personales.
Por otro lado, especulan en el Gobierno, las entidades financieras norteamericanas tendrán cada vez más incentivos para pedirle a sus clientes argentinos que tengan todas sus cuentas declaradas ante el fisco nacional, ya que en caso de que existieran fondos no registrados, esos bancos podría quedar expuestos a la propia regulación anti lavado norteamericana.
Un informe de la consultora Carta Financiera aseguró que el objetivo de la ley Fatca “el objetivo es detectar e impedir la evasión fiscal de inversiones en el extranjero por parte de residentes y ciudadanos americanos”. En ese sentido, planteó que “las instituciones financieras fuera de Estados Unidos tienen un incentivo importante para cumplir con esta ley, dado que es la única forma de evitar la retención impositiva del 30% sobre cualquier pago recibido de fuente americana sujeto a retención”.
Qué información brindaría el FATCA
Un punto de discusión es la profundidad de precisión en los datos que brindará el acuerdo entre AFIP y la IRS estadounidense. De acuerdo a altas fuentes oficiales, no solo incluirá los nombres de los titulares de las cuentas sino los beneficiarios finales, lo que relativizaría, creen, la posibilidad de construir estructuras o trusts para quedar fuera del flujo de información automática.
La IRS norteamericana brindará una vez por año información de contribuyentes argentinos en EEUU. REUTERS/Andrew Kelly/File Photo
“Se reciben los datos de todos, incluso de quienes integran las sociedades”, mencionó una fuente del equipo económico. Quien no tenga la cuenta declarada, afirmaron, “estará en problemas, aunque también es importante aclarar que la potencia de este acuerdo será hacia adelante, una vez que entre en vigencia durante el 2023″. Los datos que enviarán serán los nombres y números de cuentas e intereses ganados por ciudadanos argentinos en los Estados Unidos.
La puesta en marcha inmediata es discutida por algunos expertos tributaristas, que recuerdan que el acuerdo de información que firmó el entonces ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay con los Estados Unidos tuvo lugar en 2016 pero recién en 2018 fue implementada de manera completa. Ese tipo de convenio es distinto al que se firmará en este caso, ya que solo preveía el intercambio de información a pedido de las partes.
Sin ir más lejos, en el Gobierno aseguran que por ese pacto, todavía vigente, el Poder Ejecutivo tiene en firme 38 pedidos de información fiscal de contribuyentes argentinos. “Esto es un intercambio masivo. Muchos argentinos fueron a los Estados Unidos para esconderse, pero ya no quedan lugares para hacerlo”, mencionó un alto funcionario.
Como referencia, el acuerdo que firmó la IRS con Colombia en 2015, un modelo similar al que firmará la Argentina, implica un intercambio de información que incluye nombre, CUIT, número de cuenta, monto de intereses recibidos, de dividendos cobrados en los Estados Unidos que se acreditaron en esa cuenta.
Ese convenio prevé que “toda la información intercambiada deberá estar sujeta a la confidencialidad y demás medidas de protección previstas, incluyendo las disposiciones que limitan el uso de información intercambiada”, menciona ese acuerdo con Colombia.
Según fuentes oficiales, la AFIP tuvo que desarrollar en los últimos años una mejora en sus sistemas de seguridad para poder allanar el camino a un pacto de intercambio fiscal como el que se apresta a firmar con la IRS.
“La información que se intercambia es la que brinda el formulario 1042: número de cuenta e ingresos de fuente americana (dividendos e intereses de fuente americana). En principio no se informan los saldos pero con el número de cuenta AFIP puede pedirlo”, resumió Carta Financiera.
Base imponible y posible recaudación
Hay estimaciones preliminares que hablan de un potencial de ampliación de la base imponible de unos USD 100.000 millones, lo que responde a informes del sistema financiero norteamericano. En ese plano, arriesgan desde el equipo económico, el adicional de recaudación tributaria podría rondar los USD 1.000 millones anuales.
Massa, en su última reunión con legisladores norteamericanos en que se destrabó el acuerdo con la IRS
Sería, en ese sentido, poco representativo: algo menos de $170.000 millones a precio del dólar mayorista y que equivaldría, solo para comparar, al 10% de los ingresos del fisco de octubre pasado. Los dos impuestos que serían alimentados por este acuerdo de intercambio de información serían Bienes Personales y Ganancias.
Qué diferencia hay con los acuerdos actuales con EE.UU.
El acuerdo Fatca que firmarán los dos gobiernos en los próximos días no será el primero de intercambio de información fiscal. En 2016 fue rubricado uno que no es automático sino a pedido de alguna de las dos partes, un modelo de convenio que algunos expertos en la materia consideran “vintage”, más propio de las décadas del 80 y 90.
Según la lectura que hacen en el Gobierno, desde la crisis de 2008 comenzó un proceso de intercambio de información tributaria mucho más fluida, que fue arrinconando en cada vez menos locaciones a quienes buscan evitar el pago de impuestos. “Casi no quedan guaridas fiscales, y Estados Unidos ya no va a ser más”, mencionó un alto funcionario.
La puesta en marcha del acuerdo servirá como plafon para la discusión en el Congreso de un nuevo proyecto de ley de blanqueo de capitales, para que las personas físicas o beneficiarios finales de sociedades tengan la alternativa de repatriar esos fondos no declarados ante el fisco argentino.