Conscientes que el Mundial de Qatar 2022 acapara gran parte de la atención de la opinión pública mientras la Selección Argentina siga en carrera, en el Gobierno aprovechan para avanzar con algunos gastos sin control.
Uno de los temas más polémicos tiene que ver con la compra de vacunas contra el coronavirus: la mayoría oficialista que conforma la Auditoría General de la Nación (AGN) aprobó sin una discusión profunda 10 contratos por parte del Estado argentino y dispuso que se mantuviera bajo secreto todas las actuaciones de los convenios.
En otras palabras, el Gobierno se negó a mostrar la letra chica de los acuerdos que el Estado suscribió con las compañías farmacéuticas (Sputnik V; Sinopharm; CovidShield; AstraZeneca; Pfizer; Cansino; Covax; Moderna y Richmond/Sputnik V) y que alcanzan un total de U$S 1737 millones.
Por otro lado, tras varias idas y vueltas, Alberto Fernández aprobó la compra del nuevo Tango 01. El Gobierno deberá pagar ahora US$22.230.000 en una cuenta de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo que depende de Naciones Unidas, y entregar el viejo Tango 01, valuado en casi USD 3 millones, a cambio de un Boeing 757-256.
La operación se realizará mediante un incremento presupuestario y un financiamiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por 12 millones a 10 años, según confirmaron fuentes de Presidencia.
Más allá de la presión inflacionaria y la sangría de dólares, el Gobierno se niega a realizar una devaluación y fundamenta su decisión con números: cerca de Sergio Massaaseguran que a fin de año el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tendrá reservas por 8000 mil millones de dólares con los que podrá enfrentar las corridas y especulaciones del mercado.
El Gobierno también le saca provecho al Mundial en el plano político: el clima en la Casa Rosada es de “alivio temporal”, una bocanada de aire fundamentalmente por la clasificación a octavos de final de la Selección Argentina en el Mundial de Qatar. Hubo celebraciones en el Gobierno por el triunfo del miércoles ante Polonia, con la interpretación de que los éxitos deportivos mejoran el humor social frente a los múltiples problemas económicos, encabezados por la escalada inflacionaria.
Las figuras más importantes del Gobierno llevan a cabo una “agenda light” para lo que dure la competencia: ni el presidente, Alberto Fernández, ni el ministro de Economía, Sergio Massa, tienen programados anuncios ni encuentros importantes en las próximas semanas.