Luego de nueve días internado en terapia intensiva, murió el rosarino de 71 años que había resultado lesionado de gravedad tras ser arrastrado por una ola en las playas de Pinamar. El turista falleció este sábado en el hospital municipal de esa ciudad, según confirmaron fuentes oficiales a Infobae.
El accidente había ocurrido durante la tarde del jueves de la semana pasada en el balneario Barlovento, en la zona de Ostende. El hombre, que se llamaba Carlos, fue arrastrado por una ola, se golpeó la cabeza contra la arena y se desmayó en medio del agua.
El rosarino fue inmediatamente retirado del mar y los guardavidas, junto a un bombero voluntario que se encontraba ocasionalmente en el lugar, le practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar. Poco después una ambulancia lo trasladó al hospital.
“Lo que le sucedió fue que, al golpearlo la ola, quedó inconsciente y se produjo una broncoaspiración, o sea, el agua del mar se le fue a los pulmones. No es que tuvo un infarto (como se pensó en un primer momento), sino que el golpe lo noqueó y perdió el conocimiento estando en el agua”, aclaró a este medio el secretario de Salud municipal, Eduardo D’Agostino.
Pero, además, el golpe le había provocado una lesión ósea en una vertebra cervical, por lo que su estado era sumamente delicado. Finalmente, las autoridades confirmaron que el turista falleció cerca del mediodía de hoy.
Ese mismo jueves había sucedido otro accidente en la zona norte de la ciudad balnearia, a la altura del parador Cocodrilo. Allí, un bonaerense de 50 años debió ser atendido de urgencia por “una perdida de sensibilidad motora, aguda; no se podía mover”, describió D’Agostino. Y acotó: “Tuvo un shock medular, no por una lesión, sino que habrá hecho una imperfección del cuello y pinzó la medula. No sentía los brazos, tampoco las piernas”.
Esteban Maggi, jefe de Seguridad en Playas de Pinamar contó a Infobae que, de acuerdo a la información que pudo recabar de parte de quienes estaban presentes en el lugar, al parecer el hombre se había metido al mar con una tabla y después de un rato salió caminando junto dos menores. “En ese momento fue que se empezó a sentir mal, entonces lo inmovilizaron, le pusieron el cuello, la tablera y lo trasladaron al hospital”. De acuerdo a las fuentes, su evolución fue favorable y al día siguiente fue derivado a una clínica privada de Buenos Aires.
En Pinamar hay 13 kilómetros habilitados para el baño, de los 22 en total que se extienden por toda la costa desde Cariló hasta la zona de La Frontera. El dispositivo de Seguridad en Playas cuenta este verano con 130 guardavidas, que trabajan de 10 a 19. A ellos se les suman otros 250 contratados por los balnearios privados (están de 9 a 19 pero con rotación, lo que implica dos guardavidas en cada puesto). Además, el operativo municipal dispone de cinco camionetas 4×4, tres cuatriciclos, dos embarcaciones y 70 desfibriladores externos automáticos (DEA) que están repartidos en cada parador, en los vehículos de rescate y en determinados puestos estratégicos.
Maggi recomienda lo siguiente a los turistas: “Cada día cambian las condiciones del mar e, incluso, a lo largo del día. El fondo del mar al ser de arena es un lugar inestable y con el golpe de la ola puede producir lesiones en las rodillas, en los hombros o al nivel de la cintura. Cuando la ola baja, puede arrastrar a los más pequeños aguas adentro; esa situación les puede provocar miedo y experimentar un momento de desagrado. Por eso se sugiere preguntar cómo está el oleaje a los guardavidas al llegar a la playa. Así el baño va a ser más placentero y seguro”.
Los días de mucho calor, abundante humedad y poco viento, las personas suelen tener mayor necesidad de meterse al agua. Al respecto, Maggi detalló: “Al estar el cuerpo caliente por las temperaturas elevadas y la exposición al sol, deben cuidarse de no ingresar a bañarse de golpe, sino que se recomienda hacerlo de forma gradual: mojarse las muñecas, los brazos, la nuca y luego zambullirse, de esta manera se evita lo que se llama un golpe térmico”.