El año electoral abrió sus puertas y cada movimiento político que haga Alberto Fernández estará atravesado por las especulaciones clásicas de un tiempo de campaña. El Presidente ya no esconde su voluntad de ir por la reelección. La última señal la dio este domingo, cuando dijo que podría ser candidato en las elecciones de este año. Él u otro líder del peronismo. No se autoexcluyó.
“Estoy seguro de que ganará el Frente de Todos. Del otro lado todos son Macri”, sostuvo en una entrevista que le brindó al medio brasileño Folha Sao Paulo. El rival a vencer es el ex presidente. Aunque no sea candidato, es el enemigo elegido. En la Casa Rosada alternan entre él y Horacio Rodríguez Larreta. Fernández está tratando de acumular poder después de tres años donde el kirchnerismo lo desgastó por los desacuerdos permanentes en el rumbo de la gestión.
En ese camino hay dos agendas distintas que están a la orden del día. En la local, el foco está puesto en la avanzada de todo el oficialismo contra la Justicia. El jueves comenzarán las sesiones extraordinarias en el Congreso y el juicio político a la Corte Suprema es uno de los principales temas. El Presidente lo tomó como una bandera veraniega y busca apoyo en todos los rincones del peronismo.
La agenda internacional ganará una gran relevancia esta semana. Este lunes Fernández tendrá una reunión bilateral con Lula da Silva, que eligió a la Argentina como primer destino desde que asumió la presidencia de Brasil. Una señal política que tiene valor después de cuatro años donde el ex presidente Jair Bolsonaro cuestionaba con máxima dureza al gobierno peronista.
Lula da Silva tendrá una agenda apretada durante toda la jornada del lunes (REUTERS/Adriano Machado)
El gobierno de Fernández hace una apuesta grande al vínculo con Brasil en este nuevo tiempo político que comenzó en el país vecino. Lo retrataron en las últimas horas el embajador Daniel Scioli y el canciller, Santiago Cafiero, las voces oficiales que le sembraron expectativa al vínculo comercial de los dos países. Ambos aseguraron que se trata del relanzamiento de la relación bilateral.
Al mismo tiempo quedó en el centro de los cuestionamientos de la oposición por invitar a Nicolás Maduro (Venezuela) y Miguel Díaz Canel (Cuba), líderes autoritarios que manejan con mano de hierro los gobiernos de sus países, donde no existe la democracia. El primero aseguró que estará presente y se espera que aterrice en Buenos Aires en las próximas horas. El segundo ya pisó suelo argentino.
“Venezuela es parte de la CELAC y Maduro está más que invitado. La idea es que los venezolanos decidan entre venezolanos, no con nosotros”, sostuvo Fernández durante el fin de semana. La posición del gobierno es no interceder en la política venezolana. “El multilateralismo implica debatir sin exclusiones y sin negar las diferencias para mejorar los vínculos entre los pueblos”, aseguró Santiago Cafiero.
Este martes Fernández presidirá la VII cumbre de la CELAC y ganará el centro de la escena. La agenda internacional – esta vez con base en la Argentina – es donde el Presidente se siente más cómodo. No debe esquivar los dardos internos de una coalición que está quebrada y mantiene un discurso alineado en el tiempo.
Alberto Fernández quiere fortalecer su imagen durante una semana marcada por la agenda internacional del gobierno
Si es candidato o no, lo deberá resolver en los próximos meses. El kirchnerismo volvió a cuestionarlo en los últimos días. El último mensaje – con múltiples interpretaciones -, lo pronunció el jefe de Gabinete del gobierno bonaerense, Martín Insaurralde. “El peronismo no puede pensar en candidaturas hasta no romper la proscripción a Cristina”, señaló.
El ala K de la coalición pone a la Vicepresidenta en el centro de la escena política. La piden, la reclaman. Cuando pasa algunos días en silencio, le levantan el perfil y la vuelven a colocar en la danza de candidatos peronistas para las elecciones de este año. CFK ya ha dicho que no competirá bajo ninguna candidatura. Pero en el peronismo hay muchos sectores que descreen de esa afirmación.
Ayer la pidieron el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, durante un acto donde el protagonista fue el ex presidente de Bolivia Evo Morales. Le reclamaron que lidere el proceso político del peronismo en la etapa electoral. Sin decirlo explícitamente, le están pidiendo a ella que sea candidata y al Presidente que deje de pensar en una reelección.
En el kirchnerismo no pueden creer que Fernández esté dispuesto a hacer campaña. Se sorprenden con los viajes al interior en clave electoral y los movimientos políticos marcando distancia de CFK, y efectuando algunos guiños a los gobernadores.
La mayoría de los que integran el mundo K creen que solo lo hace para conservar un mínimo de poder hasta el 10 de diciembre. No asumen que la candidatura del Presidente puede terminar siendo realidad.