Concurrieron a una empresa a buscar una enfermera para que cuidara a uno de ellos. Les recomendaron a una que comenzó a trabajar sin problemas. A las dos semanas se dieron cuenta de que habían desaparecido gran parte de los ahorros de toda su vida. Hicieron la denuncia y después de una investigación y un allanamiento, descubrieron que la mujer se había apoderado de U$S 20.000 y $ 140.000. La acusada quedó procesada, pero seguirá el avance de la causa en libertad.
Las víctimas tienen más de 80 años. Él necesita ayuda porque sufre diferentes problemas y ella no puede atenderlo como corresponde. Por ese motivo, decidieron contratar a una persona para que se encargue de cuidarlo y, de paso, de acompañarlos a los dos.
La enfermera comenzó a trabajar la primera semana de enero. De acuerdo a la acusación que realizó la auxiliar María José Agüero, con instrucciones de la fiscala de feria María Alejandra Navarro, entre el 19 y el 22 de enero, la mujer concretó el robo de esa suma de dinero. El efectivo estaba oculto en el cajón de un escritorio que, al parecer, no tenía ningún tipo de traba de seguridad. “Se aprovechó de la vulnerabilidad y la avanzada edad de las víctimas”, sostuvo la representante del Ministerio Público Fiscal.
Los damnificados realizaron la denuncia en la ex Brigada. Personal de Robos y Hurtos, al mando de los comisarios Marcos Morante, Daniel Carabajal y Jorge Dib, descartaron que el autor del robo haya sido un extraño que ingresó al domicilio. Por ese motivo, comenzaron a realizar las averiguaciones sobre quiénes tenían acceso a la vivienda de la pareja.
Hicieron una serie de averiguaciones con las que consiguieron un dato. Luego, realizaron un seguimiento y sospecharon de la enfermera. Solicitaron un allanamiento para el domicilio de la sospechosa. En esa vivienda encontraron U$S 14.000 y $ 112.000. La fiscala Navarro ordenó la aprehensión de la empleada infiel.
“Son personas muy grandes que se cuidan entre ellas desde hace mucho tiempo. No se puede creer que en este mundo exista alguien que se aproveche de esa situación. Afortunadamente no le hicieron nada, pero podría haberles pasado algo más grave”, opinó María del Carmen Jiménez, vecina de los damnificados. Su amiga Luciana Demetris añadió: “desgraciadamente ya no se puede confiar en nadie en este país”.
En las últimas horas se desarrolló la audiencia en la que Agüero pidió que se la acusara de hurto simple y que se le dictara la prisión preventiva. El defensor oficial Miguel Rocchio se opuso porque entendía que no había ningún riesgo que impidiera que la acusada siguiera el proceso en libertad. La jueza María Alejandra Balcázar le dio la razón y la sospechosa quedó en libertad, aunque le impuso algunas medidas de conducta. Entre ellas, presentarse una vez por semana a la dependencia policial más cercana de su vivienda, y le prohibió acercarse en un radio de 1.500 metros de las víctimas.
Por otra parte, la fiscala Navarro, antes de que se desarrollara la audiencia, convocó a los ancianos y les devolvió el dinero que habían recuperado los policías.