La Base Naval de Mar del Plata recibirá en los primeros días de febrero a un nuevo integrante de su flota: el ARA Bouchard, un patrullero oceánico que la Armada Argentina le encargó a Francia durante la gestión de Mauricio Macri. Se trata del primero de cuatro unidades que llegarán al país entre febrero de 2020 y los primeros meses de 2022.
El lunes, la embarcación fue bendecida por sacerdotes argentinos que viven en Francia y este miércoles la unidad partió rumbo a la Argentina desde la Base Naval de Toulon. El viaje para cruzar el Atlántico durará más de 20 días.
Los cuatro buques de la clase Gowind OPV-90 fueron adquiridos a la empresa Naval Group por la administración de Mauricio Macri. En noviembre de 2018 se autorizó la adquisición por una cifra superior a los 300 millones de euros.
El ARA Bouchard, que formaba parte de la marina francesa, recibió una renovación integral de la pintura del casco y el tren de propulsión de los motores principales, lo que implicó el cambio de la caja reductora, líneas de eje y hélices, como así también todos los auxiliares vinculados, entre estos las bombas hidráulicas. Estas tareas se llevaron a cabo en el Arsenal de la armada de ese país en Toulon. Las restantes tres unidades son nuevas y están en construcción.
Como su nombre lo indica, estas embarcaciones tendrán la función de patrullar el mar argentino, cuyos recursos naturales son “depredados” por embarcaciones extranjeras que pescan de forma ilegal y toman recursos naturales del país sin pagar impuesto alguno.
Tras la tragedia del submarino ARA San Juan, la Armada Argentina perdió buena parte de su capacidad de disuasión y control en sus aguas. La adquisición de estas unidades busca subsanar, en parte, estas dificultades, aunque el propio ministro de Defensa, Agustín Rossi, reconoció que el país debe incorporar nuevamente un arma de esa clase.
El navío cuenta con sistemas de combate Polaris, radar de banda L (de búsqueda de superficie y aéreo), 1 cañón de 30 mm y 2 ametralladoras 12,7 mm, tiene una autonomía de 7.500 millas náuticas (a 12 nudos) y refuerzos en el casco para navegar en aguas próximas a la Antártida.
La nave es comandada por el capitán de fragata Daniel Giudici, que junto con 32 tripulantes se adiestraron durante tres meses en Francia para emprender este viaje hacia su nuevo apostadero.