Un médico está desesperado, no puede asistir a un paciente recién operado y se siente atado de pies y manos. Intenta acceder desde El Corte hacia Yerba Buena y luego a la ciudad, pero le es imposible cruzar la ruta 338 en la zona del río Muerto. El terraplén construido a la par del puente, que debe suplantar a la vieja y obsoleta estructura de años, fue consumido por las aguas. Se convirtió en una trampa mortal.
Fuentes policiales le comentaron a LA GACETA que se dirigían a la zona para asistir a los vecinos y también para constatar si la nueva estructura del puente no había sufrido daños. Había versiones de que el agua había corrido de lugar los cimientos de la obra que lleva vigas de más de 15 metros de extensión.
Fue, simplemente, un susto: lo que se veía eran ramas y basura en la base que dieron “la mala impresión de haber afectado afectado el puente, pero no”, aseguraron. Falsa alarma.
“Esta obra tenía un lapso de seis meses para su finalización. Ya va por los ocho y no se termina”, se quejaron quienes viven por la zona.
Las imágenes son elocuentes y el video también: el terraplén desapareció por completo, lo que hizo que nadie pueda salir ni acceder a El Corte ni subir a San Javier, dejando así a decenas de familias anegadas. Por suerte, informaron, dejó de llover y la gente pudo empezar a cruzar, pero a pie. Y con extremo cuidado.