Casa por casa, buscando educar a los vecinos para que revisen sus patios, golpeando las puertas, tras las cuales, si los dejan pasar, encuentran criaderos de mosquitos en el 50 por ciento de las viviendas. Esa es la elevada cifra con la que se dan los agentes sanitarios, teniendo en cuenta la epidemia que ubica a Tucumán como la provincia más afectada por el dengue, la enfermedad que transmite el Aedes aegypti.
El informe elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación -dado a conocer en las últimas horas- muestra que los casos de dengue aumentaron 94,54% en sólo siete días, mientras que la cifra de contagios de fiebre chikungunya creció el 54%.
A nivel nacional, hay 9.388 contagios en lo que va del año por dengue, distribuidos en 12 provincias. Casi la mitad de estos pacientes corresponden a Tucumán, que es la jurisdicción con más infectados. Y ya hay 15 localidades que reportaron enfermos. Solo Santa Fe tiene más departamentos con contagios, 16.
La noticia sobre la primera muerte de un joven tucumano enfermo de dengue encendió todas las alarmas. El Ministerio de Salud de la Provincia ordenó habilitar un hospital modular en la zona del Hospital del Este para pacientes con el mal. La idea es que tengan su debida hidratación y control.
Además, continuaron los operativos en diferentes barrios. El jefe de la Brigada de Vectores del Siprosa, Leandro Medina Barrionuevo, dijo estar preocupado por la velocidad con la que se producen los contagios. “Hay muchísimos criaderos de mosquitos. De cada 10 casas que visitamos, en cinco encontramos recipientes con agua y con larvas. En muchas viviendas no podemos ingresar a eliminar esos criaderos porque no nos dejan pasar o porque no hay nadie en el momento que hacemos el operativo”, remarcó.
Que Tucumán tenga más casos que en 2020, según el experto, se debe a que hace tres años estábamos encerrados y ahora la gente se mueve mucho más. “El problema son los pacientes asintomáticos; se calcula que son el 70% del total. A pesar de vivir en barrios con mucha circulación del virus, salen y lo hacen sin ponerse repelente. Eso está causando que la enfermedad se distribuya mucho más en el territorio”, argumentó.
Medina Barrionuevo insistió en que los vecinos deben comprometerse más en la lucha contra el insecto vector del dengue. Aunque la idea de erradicar los mosquitos suele verse asociada a los vistosos operativos de fumigación en las calles y plazas, el funcionario recordó que lo más efectivo es lo que podamos hacer en nuestras casas para eliminar los recipientes.
Los mosquitos, según remarcó el experto, prefieren instalarse en nuestros hogares. Es que allí encuentran todo lo que necesitan: fuentes de sangre (es decir, seres humanos a quienes picar), ambientes frescos y refrigerados (para refugiarse del calor extremo) y recipientes y lugares con agua para poner sus huevos y reproducirse.
“Asimismo, en nuestro recorridos vemos que algunas zonas necesitan saneamiento ambiental. Hay gente que no tiene agua y que se ve obligada a acumular este líquido en tachos. Si no cuentan con recolección de residuos, arrojan la basura en los canales o descampados y esto es un riesgo. Tendemos a dejar un montón de cosas tiradas a la intemperie sin tomar conciencia de que, cuando se mojan, se convierten en criaderos de Aedes. Todo cacharro, desde una tapita de gaseosa, puede convertirse en un criadero”, advirtió.