“Fue casualidad”, confesó uno de los participantes. El almuerzo entre Patricia Bullrich y la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) estaba pautado desde el mes pasado, pero se dio hoy, un día después de que Mauricio Macri anunciara públicamente que no buscaría volver a ser presidente.
La precandidata del Pro a la Casa Rosada dio dos grandes directrices frente a los empresarios. La primera: “Nosotros creemos en la libertad”, juró al comité ejecutivo de la entidad fabril, en una declaración que sintoniza con un competidor directo como Javier Milei, el que más crece en las encuestas. La segunda fue la enmienda a un error aprendido frente a la primera etapa del gobierno de Macri, “No elegimos sectores que se favorezcan o que mueran”, afirmó Bullrich.
Es que entre los industriales aún queda el rencor hacia la polémica Secretaría de Transformación Productiva, que dirigía Lucio Castro, bajo el paraguas del titular de Producción, Francisco Cabrera. Por las dudas, Bullrich fue acompañada por Dante Sica: el “segundo tiempo” industrial del macrismo y una cara más amistosa para los duros empresarios del sector.
Entre un corte de carne con salsa, una milhoja de papa y alguna fruta –un menú ejecutivo frugal–, la presidenta del Pro fue clara: para que lleguen inversiones, prometió desmantelar el cepo; afirmó que se requieren cambios laborales y remarcó la necesidad de empujar la inserción comercial del país.
“Ustedes producen lo que tienen que producir y el Estado debe darle condiciones a todos”, dijo Bullrich. “Ustedes tienen que aumentar la productividad, la competitividad y tener buenos precios, y el Estado tiene que crear las condiciones macro, la seguridad jurídica y protección de inversiones, cobrar impuestos razonables, desregular e invertir en infraestructura y transporte”, les explicó Bullrich.
Qué pasa con el dólar
La ex ministra de Seguridad de Macri dijo que el tipo de cambio es “fundamental” para arrancar nuevas inversiones. “Con control de capital [cepo], la economía no arranca”, señaló. Luego mencionó, mientras se hablaba de Vaca Muerta, la posibilidad de analizar un sistema de escrow account –para ofrecer garantías a las inversiones– y que los sectores “puedan despegar rápidamente”. Con representantes de Techint en la mesa –a cargo del gasoducto Néstor Kirchner y a la espera de la posibilidad de un segundo proyecto para inyectar gas a Bolivia y Brasil– esas palabras eran una colmena repleta de miel.
Con relación a lo laboral, los industriales volvieron a reclamar –sin respuesta– por el decreto 814 (que bajar las contribuciones en algunas zonas del país), mientras que Bullrich mencionó la idea de “regímenes especiales” para quienes cobran un plan social y los monotributistas, y se refirió al costo que de las indemnizaciones.
“Fue una buena reunión”, afirmó uno de los empresarios presentes, que pronostica un “escenario de ciencia ficción en 2024″, y que afirmó que la presidenta del Pro puso el foco en la inserción internacional de la Argentina. Esto se traduciría en la firma de nuevos acuerdos comerciales, un camino que Macri intentó tomar. Por ejemplo, se habló de introducir una cláusula en el Mercosur para que las negociaciones (por ejemplo, aquella sellada con la Unión Europea) “no sean eternas”.
Acompañaban a Bullrich los diputados Luciano Laspina y José Nuñez; el ex ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica y el ex senador, Federico Pinedo.
“Fue una muy buena reunión. Le dijimos que nuestras necesidades estaban en el ‘libro blanco’ [el diagnóstico económico de la UIA]. Ella nos presentó a su equipo, nos contó que si ella fuera gobierno mandaría un conjunto de leyes al Congreso para poder llevar las transformaciones que ella cree que necesitamos”, contó otro empresario.
La inflación pasó por la negativa. Bullrich dijo que no cree en los Precios Cuidados ni para establecer un sendero. ¿Macri? “No estuvo en la conversación”, dijo un presente.