Miguel Sierra, de 57 años, fue hallado sin vida en la mañana de ayer. Había desaparecido el jueves por la tarde en la confluencia de los ríos Salí y Balderrama, en la localidad de Simoca.
La Policía de Lacustre encontró el cuerpo a cinco kilómetros del punto donde había desaparecido, en el río Salí.
De acuerdo con el relato de sus allegados, la víctima, oriunda de Monteros, había ido a pescar con un grupo de amigos. Aparentemente decidieron ingresar al río con una red, pero Sierra no resistió la embestida del agua y fue arrastrado por la corriente.
Segundo caso
Sierra es el segundo pescador que se fue hallado muerto en las orillas del río Salí esta semana. El anterior había sido Sergio Paz, un suboficial retirado de la Policía de Tucumán, de 47 años, a quien encontraron sin vida el viernes, también en los márgenes del mismo río. Aunque, en este caso, el cuerpo apareció a la altura del departamento de Leales cubierto de arena y barro.
Paz era buscado desde la tarde del jueves, cuando un amigo suyo llamó a la Policía para alertar acerca de lo sucedido. Ambos estaban pescando en medio del río, hasta que la víctima fue arrastrada por la correntada.
Según relató el testigo, a Paz se le habría enganchado un anzuelo. En esa circunstancia, el agua comenzó arrastrarlo y, a pesar de los esfuerzos que hizo para salir, la correntada se lo llevó.