Alejandro Frías nació en El Bordo, un pequeño paraje al norte de la provincia de Santiago del Estero. Hoy, con un trabajo estable en Tucumán, impulsa un proyecto de escolarización para los chicos de su zona, a la vez que invita a la sociedad a solidarizarse con las personas que residen en las zonas más vulnerables del país.
“Para mí la infancia fue terrible, me crié solamente con mi madre y puedo decir que tuve todas las necesidades básicas insatisfechas. Atravesar eso siendo niño fue muy difícil, me marcó para toda la vida pero igualmente me enseñó a valorar mucha otras cosas”, relató conmovido.
Reflexionando sobre las dificultades que muchos niños argentinos atraviesan actualmente, al joven de 33 años se le ocurrió comenzar a trabajar para llevar una biblioteca comunitaria para su pueblo. Así fue como decidió compartir una publicación en sus redes sociales que rápidamente generó la interacción de muchos usuarios, quienes no dudaron en ofrecer su colaboración. Nuevos, usados o para restaurar: cualquier ejemplar sirve para sumar a la biblioteca. La única premisa fundamental es darles una oportunidad a los 20 estudiantes de la escuelita rural de El Bordo.
Para colaborar, comunicarse al 3815414847
“La verdad es que en un principio yo quise comprar los libros para ir armando la biblioteca pero después vi que a la gente le gustó la idea y quiso ayudar también. En el Bordo no hay electricidad ni agua potable, realmente se pasan muchas necesidades y prácticamente no hay recursos. Al no haber internet, los chicos quedan completamente atrasados en comparación con el resto, por eso me pareció importante alcanzarles, al menos, libros”.
“Gracias a Dios yo tuve la posibilidad de venirme para acá a estudiar una carrera. Hoy mi vida cambió, pude acceder a lo más importante: educación. En el pueblo, los chicos con suerte pueden hacer la primaria, después de eso tienen que migrar a las ciudades a trabajar de lo que sea. Es triste”, concluyó el enfermero de Hospital Padilla.