Dice que Naum Alperovich es uno de los contribuyentes más importantes. Que lo respeta. Y que quiere que le vaya bien. “Pero la actividad privada tiene que entender que hay límites”, añade. Quien habla es Mariano Campero, el intendente de Yerba Buena. Contradicciones, acusaciones, idas y vueltas. Durante cuatro años (desde 2016) las torres que el empresario edificó en esa ciudad fueron motivo de discordia. Hasta el martes último, cuando ambos firmaron un convenio.
Ese acuerdo establece que la empresa AG Naum S.A. asfalte el camino de sirga del canal Caínzo – Las Piedras, en conceptos de multas por infracciones y deudas correspondientes a impuestos municipales.
“El conflicto eterno no sirve. Ellos se pusieron en contacto con nosotros y manifestaron su necesidad de resolver la situación. Y el municipio quiere que esa calle deje de ser un rumor. Si Alperovich hace la obra, le entregamos su libre deuda. Queda limpio y vamos para adelante”, razona Campero. Después manifiesta que las empresas deben contribuir al crecimiento social de manera armónica.
“Este tema había quedado pendiente de nuestra primera gestión. Nunca tuvimos animosidad hacia Naum (Alperovich) por su apellido político. Para nada. Pero él cometió infracciones. Y los funcionarios estamos para defender los intereses del municipio”, prosigue.
Si bien parece ser habitual que las municipalidades canjeen insumos o servicios con sus infractores, resulta poco usual que se proceda, de ese modo, en el caso de multas millonarias, como es el caso. Consultado sobre esto, Campero contesta que la pavimentación que se le solicita a Alperovich tiene un costo “muy superior” al monto de las sanciones que se le fijaron.
“Pavimentar esa calle es bastante costoso. Y, a la vez, necesario. Yerba Buena se desarrolla hacia el norte de la avenida Perón, donde se encuentran los barrios Alto Verde y El Portillo. Creo que esa calle será más beneficiosa para los vecinos, que el pago de dinero en billetes”.
De cuatro a dos
En junio de 2016, el Tribunal de Faltas municipal le fijó a la constructora una multa de $ 4,6 millones por haber ocupado más suelo del permitido, básicamente y de acuerdo a lo que establece el código de ordenamiento yerbabuenense. A la fecha, ese monto fue actualizado en $ 10,7 millones. Además, en diciembre del año pasado volvieron a multarlos. Esta vez, les pidieron que paguen $ 815.000 porque las líneas de retiro obligatorio no serían las adecuadas. A esos dos montos se les suma un tercero: una deuda de $ 2,8 millones a favor del municipio, en concepto de un período impago del Tributo de Emergencia Económica.
La historia del Boulevard del Cerro -como se denomina el emprendimiento- comenzó a transitar por los despachos gubernamentales en 2012, cuando Daniel Toledo gobernaba el municipio. En agosto de aquel año, se aprobó la documentación técnica para levantar cuatro torres, en un terreno aproximado de una hectárea, al norte de la avenida Perón. Cuando Campero llegó a la intendencia, desde sus oficinas técnicas le realizaron observaciones al proyecto, y permitieron la edificación de solo dos torres.
