Si ya en el primer tiempo había hecho méritos para concretar un regreso triunfal a la actividad de la Primera Nacional, tras las vacaciones y la pretemporada, San Martín se quedó con las ganas en La Ciudadela: se quedó con las ganas porque pudo ganar pero debió conformarse con un 1-1 agridulce.
Luciano Pons fue el que rompió el 0-0 ante un Almagro ultradefensivo y preparado para la contra. Y lo hizo con una fórmula repetida: saque largo de Ignacio Arce -segundos antes había salvado al equipo del visitante Torres- y gran definición del artillero de La Ciudadela. Gol, 1-0 y a festejar antes de cortar la franja de los 10 minutos de acción.
El gol de “Lucho” abrió las aguas, aguas que no supo manejar el “Santo”, porque en vez de cuidar la ventaja y de aumentarla, los casi cuatro delanteros que le puso Almagro en cancha le modificaron los esquemas. Curioso el dato pero valedero. El verdugo de San Martín fue un ex Atlético: José Méndez, que llegó desde el banco para aprovechar un tiro libreo de izquierda a derecha. El “Torpedo” ingresó en soledad por el segundo palo de Arce y definió cruzado. La siesta le costó caro a San Martín.
Después hubo intentos de los dos, La dupla Orsi-Gómez buscó cambiar llovizna por tormenta de centros sobre el campo del “Milrayitas”. Ninguno fue efectivo. Entonces el tiempo y las flojas decisiones de unos y otros hicieron que el partido vaya consolidando un resultado inesperado para San Martín.
El regreso a la actividad le dejará con seguridad una lección: el que duerme, lo paga; y el que no cambia por gol las ocasiones que genera, después la sufre en su propio arco. En síntesis, grandes verdades del fútbol.