Avanza la investigación por el crimen de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, el hombre que apareció descuartizado adentro de una valija en un arroyo de Ingeniero Budge, y con el correr de los días toma fuerza la hipótesis que sugiere que el móvil del hecho habría sido un ajuste de cuentas.
En las últimas horas, fue incorporada a la causa una fuerte conversación telefónica que mantuvo Pérez Algaba con su amigo Nahuel Vargas, una de las dos personas con quien estuvo en un descampado de General Rodríguez el último día que fue visto con vida.
El diálogo recientemente sumado a la investigación está colmado de amenazas por parte de Pérez Algaba: “¿Qué haces, Nahuelito? Divertite ¿eh? Divertite mucho que cuando vuelva te vas a tener que ir a vivir al country de Gustavo Iglesias.Con él, ahí. Los dos. Porque a vos te voy a buscar por cielo y tierra”.
El hombre también hace referencia en el audio al supuesto barra de Boca Juniors, con quien también tenía una presunta deuda.
Además, el comerciante fallecido amenazó a Vargas con mostrar mensajes que tenía guardados en su celular para demostrar que iba a “vender merca” y “chorearle al transa”.
“Todo eso lo tengo todo guardado, y mil cosas más tengo de vos. Te voy a arruinar la vida, pedazo de loro. Te haces el vivo. Me traicionaste, traidor. Me vas a pagar cada peso que me debés, hijo de remil p****”, expresó.
En ese sentido, insistió: “Te voy a ir a buscar. Si fui a buscar un pibe a México, a vos te voy a ir a buscar hasta abajo a la tierra, pedazo de gil. No vas a tener a Gustavito todo el día atrás, ¿sabés? Mandale el audio a quien se te cante las pelotas, la con*** de tu madre”.
Según indicaron fuentes judiciales a Télam, Vargas está señalado junto a Maximiliano Pilepich como una de las últimas personas que vieron con vida a Pérez Algaba el 18 de julio, cuando fueron a saldar una deuda de US$75 mil que tenían con él.
De acuerdo a la causa, Pérez Algaba y Vargas fueron juntos hasta General Rodríguez a bordo de la camioneta Land Rover blanca que Pilepich le había prestado al comerciante cuando regresó al país desde Estados Unidos.
Allí los dos se encontraron con Pilepich y, según su declaración, “Lechuga” le regresó el rodado a su dueño tras recibir el dinero que le debían y permaneció en el lugar a la espera de que alguien pasara a buscarlo.