En la medida que se acerca la segunda y definitiva vuelta electoral para definir quién quedará al mando del próximo gobierno, el mercado hace y rehace sus proyecciones económicas de corto y mediano plazo para el país. Aunque con menos intensidad e interés, esta tarea también ocupa a los analistas de grandes bancos de inversión de Wall Street, más enfocados en las economías que lucen más prometedoras de la región, como Brasil, México e incluso Perú y Chile pero quienes a la vez no dejan de actualizar pronósticos sobre la Argentina para sus clientes.
Esa visión empeoró, no sólo de cara al balotaje del próximo 19 de diciembre sino que, sin importar quién gane las elecciones ese domingo, la foto que se anticipan, igual que la película para todo 2024, es por demás compleja. A tal punto que circula con intensidad entre los traders locales la última publicación del HSBC, donde analiza a las economías emergentes de la región, país por país. Las páginas que le dedica a la Argentina contienen duros pronósticos. Por caso, prevé una inflación que se ubicará en torno a 200% hacia fin de año, la que saltará a casi 300% interanual a mediados de 2024.
El banco no hace diferenciación respecto de un triunfo probable del candidato del oficialismo, el ministro de Economía, Sergio Massa, o su rival, el libertario Javier Milei. El dato es pertinente dado que los programas que ambos postulantes a la Presidencia prometen implementar difieren sustancialmente. Si bien ninguno de los dos anticipa un levantamiento inmediato de las restricciones cambiarias, Massa ya confirmó que los controles estarán vigentes al menos durante todo 2024, mientras acumule reservas para eventualmente avanzar a una flexibilización mientras que Milei sigue apostando por una dolarización que implicaría una liberación total “en el menor tiempo posible”. Ambas propuestas, se asume, tendrían un impacto diferente en la evolución de las variables macroeconómicas, particularmente la inflación. Sin embargo, la suba de precios parece haber adquirido dinámica propia. De hecho, el banco aclaró que los “riesgos están sesgados al alza” en sus proyecciones, esto sí por el impacto del resultado electoral.
“Esperamos que la inflación se mantenga por encima de tasas mensuales de dos dígitos hasta entrado 2024. Prevemos que la inflación alcance el 185% a finales de 2023, frente al 138% de septiembre”, afirmó el reporte firmado el economista senior de la entidad, Jorge Morgenstern, quien pronosticó que el próximo año la inflación se ubicará en 190% hacia diciembre, con indicadores interanuales que llegarán a 271% en el primer trimestre de 2024 y a 297% en el segundo para moderarse recién en el segundo semestre.
“Creemos que los riesgos para nuestras previsiones están sesgados al alza, pero posiblemente de manera diferente dependiendo de quién gane la segunda vuelta -se aclaró en el reporte–. Vemos riesgos de un repunte más agudo de la inflación en los en los próximos meses en un escenario en el que Javier Milei gane y busque implementar la dolarización de la economía”. El “disclaimer” no concluyó ahí ya que la entidad también advirtió el riesgo de que persista una inflación elevada en caso de que gane Sergio Massa, “si intenta retrasar el necesario ajuste fiscal y de precios relativos de la economía”.
El plano fiscal es por demás relevante para los analistas de Wall Street. La calificadora Moody´s emitió un informe en el que advierte que un “ajuste macrofiscal” es “inevitable” en Argentina, sin importar quién gane la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. “Los candidatos presidenciales ofrecen agendas opuestas, pero un ajuste macrofiscal es inevitable”, afirmó la agencia de calificación crediticia. Consideró también que los desequilibrios “frenan la actividad económica, distorsionan los precios relativos y reducen el poder adquisitivo”. La calificadora advirtió además de que las distorsiones económicas “aumentan el riesgo” de que se produzca un evento de incumplimiento de pago de la deuda soberana de Argentina en 2024-2025.
Más allá de lo inevitable de imponer una nueva disciplina fiscal en cualquiera de los dos casos, Moody’s advirtió que “la ambiciosa agenda de reformas” que propone Milei, con el plan de dolarización a la cabeza, enfrentarán muchos obstáculos, tanto en lo estrictamente financiero como en el plano político. “El bajo nivel de reservas en moneda fuerte del BCRA representaría un gran obstáculo para los planes de Milei de dolarizar la economía y permitir al soberano mantenerse al día con sus obligaciones de deuda externa”, señaló.
“Además, a pesar de la firme voluntad de adoptar fuertes ajustes, como la adopción del dólar como moneda oficial, el apoyo político de Milei en el Congreso sería limitado, especialmente en lo que respecta a las medidas que generan malestar económico. En este sentido, el gobierno de Massa se beneficiaría de un mayor apoyo legislativo, pero probablemente optaría por realizar ajustes graduales que prioricen las consideraciones políticas por encima de la política económica para detener la caída de las reservas”, consideró Moody’s.
También el JP Morgan puso el foco en el desequilibrio fiscal: según sus estimaciones más recientes, el déficit primario cerrá en 3% este año, cifra que ascenderá a 4,8% si se incluye el pago de la deuda y, si se contempla también el rojo cuasifical (la deuda del Banco Central), el desequilibrio consolidado alcanza 14% del PBI.
Ese panorama se completó con otro informe de circulación habitual entre operadores del mercado, siempre con mira puesta en la evolución del tipo de cambio. En ese caso, el del Bank of America proyecta un dólar oficial de $681 para diciembre de este año con una brecha que persiste en niveles altos dado un pronóstico de contado con liquidación (CCL) de $1294 para esa misma fecha, que llegaría a $3475 un año más tarde.