Con lo propio no alcanza. Esa es la premisa que imperó en este nuevo round electoral que culminará el próximo domingo. Por eso, la racionalidad que no suele tener la política se buscó en los números y la aritmética se convirtió, en la segunda vuelta, en la forma de impregnarle previsibilidad a una campaña electoral marcada por las sorpresas. La caza de votos “huérfanos”, que suman 8.761.399 en todo el país, se transformó en el vehículo para llegar a la Casa Rosada. ¿Dónde buscaron los candidatos estas adhesiones y cuáles son las ciudades con mayor volumen electoral para capturar?
Con perfiles muy distintos, Sergio Massa y Javier Milei tuvieron que lubricar su plasticidad para seducir a un público que les fue esquivo en las elecciones del 22 de octubre. Para tomar dimensión de lo que implica esta tarea, el candidato oficialista está a 14 puntos de obtener la mayoría. Es decir, si la participación es similar, tiene que sumar alrededor de tres millones y medio de votos. Por su parte, el diputado nacional deberá crecer 20 puntos. O sea, sumar alrededor de cinco millones de adhesiones en esta nueva contienda electoral.
Con mucho oficio, el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria (UxP) ocultó todo símbolo kirchnerista y se embarcó en la misión de cautivar al electorado del gobernador cordobés, Juan Schiaretti (6,78%), así como al de Horacio Rodríguez Larreta, con un gran porcentaje radical. En esta faena, se dio el lujo de recitar el preámbulo de la Constitución Nacional, emulando a Raúl Alfonsín, y hasta le reprochó a su rival haber dicho que “el cuarteto es una mierda”, uno de los símbolos cordobeses. El equipo de campaña oficialista descuenta que absorberán el 2,7% que obtuvo Myriam Bregman con el Frente de Izquierda.
Milei, en tanto, suavizó su dogmatismo y pasó de llamar a la excandidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC) “montonera tirabombas” a “la señora Bullrich”. Tras el rápido apoyo de la exministra, que cosechó el 23,83% de los sufragios en las generales, el líder de La Libertad Avanza galvanizó lo que Mauricio Macri repitió desde la noche de las primarias: “Una mayoría quiere el cambio”. El equipo de campaña libertario, no obstante, no dejó de apuntar a los votos de Schiaretti, quien adoptó una postura prescindente en la contienda nacional. Su sucesor, Martín Llaryora, evitó los guiños que le hizo el tigrense, quien sacó a relucir el vínculo que tuvo con el exgobernador José Manuel de la Sota.
En esta cacería, la provincia de Buenos Aires retuvo su etiqueta de “madre de todas las batallas”. Con poco más de tres millones de sufragios el 35,32% del total de los votos “huérfanos” están en el territorio bonaerense. Las ciudades convertidas en bastiones para la captura de este electorado son La Plata, La Matanza y General Pueyrredón. Respecto de su propio volumen electoral, no obstante, solo el 31% se identificó en las generales con una opción distinta a la de Massa o Milei.
Córdoba, en cambio, tiene el 53% del total de sus votantes como “huérfanos”. Le siguen la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (47,8%) y la provincia de Santa Fe (37,8%). Por eso, en este nuevo round electoral, la jurisdicción mediterránea atrajo la atención de los candidatos, que hicieron foco en su capital. Con 467.145 electores, el departamento de Córdoba está en el podio de mayor cantidad de sufragantes que no optaron, en las instancias electorales previas, por ninguna de las dos opciones que hoy siguen en carrera para ocupar la presidencia.
No resulta llamativo, entonces, que Massa haya recorrido la provincia de Córdoba durante dos días la semana pasada, cuando visitó la zona agro productiva y realizó un acto en la ciudad. Milei optó por hacer su cierre nacional en el Patio Olmos, un punto neurálgico de la capital cordobesa, el mismo lugar que eligió Macri para capitular su campaña en 2019.
La Capital Federal también fue escenario de campaña. Sobre el total del electorado “huérfano”, representa un 10,17% y es el tercero en relevancia después de la provincia de Buenos Aires y Córdoba. Con el foco puesto en fidelizar el voto bullrichista, la compañera de fórmula de Milei, Victoria Villarruel, coordinó una caminata en el corazón de Recoleta el martes. Un día después, Massa compartió un encuentro con jóvenes inquilinos del barrio de Barracas, parte de la comuna 4 en la que el peronismo ganó el 22 de octubre.
Rosario, Santa Fe, es la segunda ciudad con mayor cantidad de electores “sin partido”. Son 277.948 votantes claves para una elección que las encuestas vaticinan muy ajustada. Esta semana, el líder libertario organizó un acto a los pies del monumento a la bandera. Frente a una multitud, catalogó al balotaje como el momento para elegir “entre populismo o República”, y habló de la campaña oficialista: “Qué nos van a meter miedo si tenemos una inflación infernal”, sentenció. Massa, en tanto, visitó encabezó un encuentro con trabajadores y empresarios del sector productivo en el Parque Industrial santafesino de Sauce Viejo.
En Mendoza, Entre Ríos y Corrientes, el porcentaje de electores “huérfanos” fue significativo hacia dentro de las provincias, pero representa un volumen del 4,26%, 3,52%, y 2,86%, respectivamente, sobre el total nacional de votos “sin partido”. No obstante, la suma de este tipo de sufragantes en estas tres jurisdicciones da un resultado de 931.949, una cifra clave para lograr la mayoría necesaria para desembarcar en la Casa Rosada.