La impronta confrontativa del gobierno libertario para hacer política empezó a ser señalada entre la dirigencia, por ahora en voz baja, a raíz del supuesto regreso de “viejas prácticas”. Las sospechas se propagan mientras Nicolás Posse acumula poder en la mesa chica de Javier Milei y cuando se extiende la influencia del jefe de Gabinete sobre el área de inteligencia.
Los ataques públicos de los trolls libertarios están en boca de la dirigencia política. El gobernador de Chubut, Nacho Torres, los llamó “trolls de la Rosada”. Ya había hablado de agresiones y amenazas en la apertura de sesiones de la Legislatura provincial. La senadora Edith Terenzi, también chubutense, que votó en contra del DNU 70/23, dijo que hay un grupo de trolls que la amenazó de muerte.
Semanas antes, el gobernador de Cordoba Martín Llaryora, se refirió al mismo fenómeno y dijo, en una nota con el canal LN+: “Eso alguien lo paga, porque nadie hace trabajos gratis de esa dimensión. Son cientos y ciento de miles de dólares que se utilizan”.
Otro caso, sin matices, fue el de la senadora Juliana Di Tullio, quien no escatimó palabras en sus declaraciones y dijo públicamente haber sido víctima de espionaje ilegal. “La AFI me pinchó el teléfono”, denunció. Di Tullio pidió a la comisión bicameral de inteligencia que la AFI informe sobre los fondos reservados. Otro kirchnerista, Leopoldo Moreau, presidió esa comisión hasta finales de 2023.
Entre la dirigencia se instaló de esta manera la idea de que hay un “ejército de trolls” pagados por los fondos reservados de la AFI. La central de inteligencia tiene un presupuesto de 15.557 millones de pesos, equivalente al del año pasado, dado que se extendió la ley de presupuesto.
Fuentes oficiales consultadas para esta nota dijeron que el régimen de fondos que utiliza hoy la AFI es el mismo que decretó la última interventora del gobierno anterior, Ana Clara Alberdi, en el que el porcentaje de fondos reservados es relativamente bajo. Sin embargo, la AFI opera sin control: la Comisión Bicameral de Fiscalización y Seguimiento de los Organismos de Inteligencia, supuesta encargada legislativa de seguir al detalle sus gastos y operaciones, todavía no fue conformada. Torres y Di Tullio conocen el mundo de los servicios de inteligencia. Ambos conformaron, como senadores, esa Comisión Bicameral.
Los tan aludidos trolls son la etiqueta visible de un conjunto de denuncias que circulan por lo bajo. Según reconstruyó este diario de dos fuentes independientes, mientras ardía la interna libertaria, en el entorno de la vicepresidenta Victoria Villarruel se encendieron las alarmas ante la posibilidad de que viejas prácticas ilegales la pudieran estar afectando. En la superficie se nota “un ejército de trolls”, como lo denominan quienes denuncian los ataques libertarios en las redes sociales, pero más allá de los ataques visibles, hay quienes, cerca de la vicepresidenta, arriesgan que hay acciones más concretas.
Un gobernador del sur también habría recibido, en medio de sus tensiones con el Gobierno y a través de un interlocutor supuestamente ligado a la central de inteligencia, un advertencia antipática acompañada de una “carpeta” información. Hoy dentro de la AFI hay, según reconstruyó LA NACION de tres fuentes independientes, un grupo de agentes que trabajaron en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). “Es gente de carrera que trabajó en la PSA y a la que fueron a buscar cuando comenzó esta gestión”, dijo a LA NACION un exfuncionario del área de seguridad. Otra de las fuentes, con trayectoria en el mundo de la inteligencia dijo, en cambio, que esas personas estarían a cargo del trabajo sucio.
Pero los hilos del mundo del espionaje se mezclan, una vez más, con los hilos del mundo judicial. En los federales tribunales de Comodoro Py avanza una investigación penal que apunta, precisamente, a exagentes de la PSA por las supuestas acciones de espionaje a los jueces y exfuncionarios que viajaron a Lago Escondido con empresarios. La causa surgió de una denuncia del fiscal Carlos Stornelli.
Por una iniciativa oficial, la central de inteligencia pronto concentrará en su sede, a metros de la Casa Rosada, el monitoreo de las direcciones de Inteligencia Criminal (Dinic) y de Inteligencia y Estrategia Militar (Diniem), dos dependencias que, si bien forman parte del Sistema Nacional de Inteligencia que encabeza la AFI, hasta ahora se encontraban bajo la órbita de los ministerios de Seguridad y Defensa. En el plano institucional la AFI mantiene una agenda de intensos intercambios con la CIA, cuyo titular, William Burns, viajó a Buenos Aires la semana pasada. Se reunió con Silvestre Sívori en la sede de la AFI y con Posse en la Casa Rosada.
Hay quienes interpretan, más allá de las razones oficiales, que con esa reestructura ahora Posse, que tiene una gran ascendencia sobre Sívori, tendrá más herramientas de poder. En las filas oficialistas hay quienes admiten que incluso los cuadros nombrados al frente de las fuerzas armadas y de seguridad responden a Posse y no a los ministros de las respectivas áreas. De su paso por Corporación América rescató no solo el vínculo con Milei sino también con cuadros de la Fuerza Aérea. De ahí sus contactos con algunos comodoros que ganan terreno en el área de inteligencia.
