La política argentina comparte la responsabilidad: su sociedad vive cada vez peor. El Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner dejó una mayor cantidad de pobres en la Argentina al cierre de 2023 que los que encontró cuando Mauricio Macri dejó el poder, quien, luego de una corrida cambiaria de dos años, también había malogrado los indicadores sociales del país.
El Indec informó esta tarde los números de Incidencia de la pobreza y de la indigencia elaborados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del segundo semestre del año pasado. La pobreza fue de 41,7%, mientras que la indigencia alcanzó un 11,9%, un fuerte salto, según los técnicos del organismo. En todo el país, la cantidad de pobres llegó a 19,5 millones de pobres. Los indigentes son 5,4 millones.
Lo curioso del último gobierno peronista es que el empobrecimiento de la población fue de la mano de una mayor cantidad de controles de precios, el aumento de los planes sociales, nuevas moratorias jubilatorias, un tipo de cambio atrasado y servicios públicos completamente subsidiados.
A esto se sumó, una furiosa emisión de moneda para sostener artificialmente el consumo. Todo eso no logró evitar la caída de los ingresos de los trabajadores en medio de una inflación galopante que terminó triplicándose en el último año de gobierno (fue de 211,4%).
Incluso, en el cuarto kirchnerismo se multiplicó una figura, la del trabajador pobre, que varias veces nombró la vicepresidenta Cristina Kirchner en cartas y encuentros públicos para atacar a quien ella había elegido para conducir el país, Alberto Fernández. A fines de 2022, un trabajo de la UCA y la UBA calculaba que este nuevo fenómeno alcanzaba al 27,3% de los ocupados. Ese estudio indicó además que los ocupados en hogares perceptores de política social pasaron de 3,8% en 2003 a 19,3% en 2022. Es otro indicio del ajuste que se profundizó sobre los ingresos.
En 2023, los sueldos –según el índice Salarios del Indec– tuvieron un año malo. Los trabajadores públicos reflejaron una caída real de 20,2%; los privados, una del 14,7%, y los trabajadores informales, una del 31%. Vale aclara que la estadística del Indec tienen una demora en la carga de cinco meses para estos últimos, por lo que se estima que los incrementos salariales de este último segmento fueron mayores.
El desempleo bajó 5,7%. Sin embargo, el empleo que creció es el precario; cambió en su composición: avanzó el público y cuentapropista, pero se mantuvo estancado –desde 2011- el formal privado.
El gobierno de Javier Milei llegó en diciembre pasado con el mandato de impulsar un fuerte ajuste –vía “motosierra” y “licuadora”, como le gusta recalcar al Presidente- y sincerar los precios. La devaluación de diciembre, sumada a la eliminación de programas oficiales, implicaron una fuerte caída de la remuneración promedio del sector privado (29%). Fue la peor en 29 años.
Una encuesta de SEL Consultores de fines de febrero pasado, indicó que las empresas privadas prevén aumentos de salarios para este año entre 195% y 197% para personal fuera y dentro de convenio respectivamente. Se trata de aumentos por debajo de la previsión de inflación que las consultoras y el Banco Central (BCRA) tienen para este año (llega a entre 206,3 y 212,7%).
Son varios los que estiman que la pobreza ya se habría profundizado aún más en la Argentina. De hecho, la UCA estimó que el nivel de pobreza, pasó del 44,7% en el tercer trimestre de 2023, al 49,5% en diciembre y al 57,4% en enero, según su informe de Estimación de los efectos del Impacto Inflacionario posdevaluación. Escenario a diciembre 2023 y enero 2024.