Con la aprobación de la Ley Bases en Diputados, el gobierno se mostró capaz de llevar adelante sus promesas. Era la foto que esperaba el Fondo para avanzar en un nuevo acuerdo; los empresarios para tomar decisiones de corto plazo y los grandes inversores del exterior para definir si, finalmente, van a arriesgar algún capital en el país cuando las reformas empiecen a caminar.
Pero detrás de la foto se esconden algunas urgencias del gobierno: la primera es la necesidad de recursos, el paquete fiscal que aporte fondos frescos en lo inmediato. En el primer trimestre el gobierno redujo 35% el gasto en términos reales (descontando inflación). Casi la mitad del aporte a ese recorte lo hizo la licuación del gasto en jubilaciones y salarios. El resto fue motosierra: menos subsidios, obra pública, transferencias a provincias y a universidades.
Pero a partir del mes pasado las jubilaciones y otras prestaciones sociales atadas a la fórmula de movilidad ya no se licúan más. El paquete fiscal que discutirá el Senado es clave, porque aportará los recursos para compensar. El gobierno calcula que entre Ganancias, la moratoria y el blanqueo podrían reunirse unos $4 billones, el equivalente a 0,7% del PBI. En palabras del Fondo y de Caputo: “mejorar la calidad del ajuste fiscal”.
Traducción: menos licuadora y más impuestos. El abecedario se metió de lleno en las discusiones sobre el futuro: el gobierno se ilusiona con una recuperación en V (la economía rebotando como al salir de la pandemia), hay menos optimistas que pronostican una U, y pesimistas que trazan una L. Los moderados, por su parte, adivinan una pipa de Nike.
El punto es saber en qué tramo de la recesión estamos: las tarifas de gas y luz siguen siendo los precios más retrasados de la economía, y la reinserción de Ganancias pegará de lleno en un sector que mueve el consumo y define el humor social de la clase media. La Ley Bases asegurará a Milei poder sostener el ajuste el año que viene. Gracias a las facultades delegadas podrá decidir sobre la fusión, eliminación y/o centralización de diferentes organismos para achicar la estructura del Estado.
Adelantándose a la discusión, los ambientalistas ya protestan por lo que presumen podrá ser la eliminación del Fondo Nacional del Manejo del Fuego o el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y Conservación de Bosques. También hay temor por el futuro de Parques Nacionales. Recuérdese que Milei niega el cambio climático ya que, quizá, no tenga calor. El gobierno corre contra reloj en el Senado para lograr la aprobación de la Ley Bases antes del 25 de mayo.
La semana del 19 al 23 será determinante: durante esos días Victoria Villarruel espera lograr la media sanción. El gobierno arranca 33 votos abajo (son los que corresponden al kirchnerismo) y con sólo cuatro más la oposición podría frenar la ley. El “peronismo racional” (Jaldo en Tucumán y Jalil en Catamarca) podrían sumarse al mileismo con sus trece votos, y falta ver cómo actuará el radicalismo con otros trece propios. El gobierno también saldrá a buscar otros votos provinciales dentro del peronismo: Santa Cruz, Neuquén, Río Negro, Misiones y Santiago del Estero. Difícil, pero no imposible.
