Cano afirmó que, si bien la medida puede parecer razonable, esconde una falta de responsabilidad del Estado en materia educativa.
“Castigar no es suficiente. Necesitamos generar condiciones para prevenir la violencia entre adolescentes. Decir que los estudiantes tendrán castigo y que serán expulsados de las escuelas es un espasmo para mostrar acción, pero no es la respuesta de fondo que hace falta para un problema que ya es endémico”, enfatizó Cano, instando a abandonar respuestas superficiales ante un problema crítico.
El legislador recordó trágicos sucesos pasados y argumentó en favor de una intervención más comprensiva por parte del Estado: “El chico homicida había pasado por varias escuelas, dio señales de conductas violentas y el camino de cada institución educativa por la que pasó fue la expulsión. Allí es donde el Estado debe intervenir que poner límites, pero también para contener, entender y trabajar con cada situación en particular”.
Para Cano, el problema va más allá de los incidentes aislados y requiere una revisión profunda del sistema educativo: “La escuela secundaria tal y como está concebida hoy no responde a la realidad y las necesidades de sus alumnos. Las pruebas APRENDER muestran un fracaso que se repite. La situación de desborde en la que viven los docentes es otro indicador”.
El legislador concluyó instando a tomar medidas más efectivas y responsables: “La solución no es solo cárcel o expulsión, hay que hacer algo más y con la responsabilidad que exige el dejar de hipotecar el futuro”.
