El ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, ubicado en la provincia de Tucumán, funcionó como el mayor centro clandestino de detención, tortura y exterminio del noroeste argentino durante la última dictadura militar. Este predio militar fue testigo de innumerables atrocidades perpetradas contra personas que luchaban por la justicia y la democracia.
La visita realizada ayer día lunes por la mañana por parte del vicegobernador Miguel Acevedo, junto con el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, Gabriel Yedlin, y otros parlamentarios, tiene un propósito fundamental: rescatarlo para preservar la memoria histórica.
Mario Racedo, secretario de Derechos Humanos de la Provincia, explicó que el predio no solo fue un lugar de tortura, sino también un sitio de enterramientos clandestinos. Junto con el Pozo de Vargas y la Escuelita de Famaillá, el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga se ha convertido en uno de los lugares más emblemáticos de la memoria de Tucumán.
Ezequiel Del Bel, coordinador del Laboratorio de Investigaciones Interdisciplinarias de Arqueología y Antropología de Tucumán (LIGIAAT), destacó el trabajo conjunto con el Equipo de Antropología Forense de la Nación. Gracias a un testimonio de un exgendarme, se descubrieron cinco fosas de inhumación clandestinas, donde hasta ahora se han identificado a 13 personas.
A pesar de que las investigaciones se han visto interrumpidas, el compromiso sigue vigente desde 2007 hasta la actualidad. El estado de abandono en el que se encuentra el lugar es alarmante debido a la falta de mantenimiento. Por eso, Acevedo se comprometió a colaborar desde la Legislatura para rescatar al Arsenal Miguel de Azcuénaga como sitio de la memoria.
La intención es preservar estos lugares de memoria no solo para recordar lo que sucedió, sino también para evitar que tales atrocidades vuelvan a ocurrir. “La intención es preservar estos sitios de memoria, no solo por la memoria de los argentinos y de conocer qué es lo que pasó, sino para tomar plena conciencia de que realmente no sucedan Nunca Más”,
Yedlin, por su parte, agradeció el compromiso y subrayó la importancia de mantener activa la agenda de derechos humanos durante todo el año, no solo en fechas conmemorativas. “Para que nunca más sea nunca más, y que la agenda de derechos humanos no sea solo un día al año, un día de una marcha, un 24 de marzo, sino que la podamos tener activa durante todo el año”.
Gerónimo Vargas Aignasse, hijo de una persona desaparecida, también enfatizó la necesidad de visibilizar al Arsenal Miguel de Azcuénaga como un centro de exterminio. Y, finalmente, la intendenta de Las Talitas, Marta Najar, se sumó al compromiso de trabajar mancomunadamente para recuperar el predio militar como un lugar de memoria.