Desde marzo se profundizó la contracción de la actividad en la industria textil. Esta crisis, según definieron en el sector a nivel nacional, ha impactado de forma generalizada en todos los rubros de la cadena de valor: desde la fabricación de hilados, telas, indumentaria y la comercialización de máquinas, insumos y bienes finales. Además, debido a ese contexto, se vieron afectados el empleo y se produjeron cierres o posibles cierres de plantas por los altos niveles de capacidad ociosa.
Tucumán no escapó a este escenario en lo que va del año, sobre todo, entre abril y mayo. Las fábricas locales, ubicadas en el interior de la provincia, paralizaron o redujeron la producción y se registraron suspensiones de jornadas de trabajo y no se renovaron contratos laborales. En los últimos 15 días, se percibió una mínima reactivación fabril que alivió a la cadena radicada en la provincia.
En el caso de TN&Platex, se suspendieron las tareas a mediados de abril en la planta de Hilados 1 de Las Piedritas. En la segunda quincena de mayo, retornó el personal, aunque una parte fue redistribuida a la fábrica Hilados 2 ubicada en Los Gutiérrez, donde se había mantenido la actividad.
La firma comenzó a exportar a Brasil, lo que permitió retomar el nivel de producción, como también reaparecieron algunos clientes para concretar compras. De todas formas, la planta de Las Piedritas ha funcionado a menor ritmo.
En Tecotex, se consensuó con los gremios suspender las jornadas entre abril y mayo. La medida duró pocos días, sin llegar a una paralización total. Según explicaron fuentes oficiales, se debió sin embargo reducir la capacidad de producción.
Ahora, el personal se desempeña en tres turnos y se observa una leve mejoría de la actividad fabril. Aquí, también se tomó la decisión de no renovar contratos, como ocurrió en otras plantas.
En febrero, la compañía Topper, en Aguilares, había cesanteado a 85 empleados.
Según datos de la Fundación Pro Tejer, que nuclea a la cadena textil argentina, la actividad cayó en el orden de un 40%. “Esto se está traduciendo en despidos y suspensiones, algo que se está convirtiendo en exponencial”, indicó el presidente de la Fundación Pro Tejer, Luciano Galfione.
Hace un mes, se habían registrado 1.000 desvinculaciones, pero ese número se triplicó en los últimos 30 días: pasó a 3.000 despidos y 8.500 suspensiones en el área textil –no indumentaria-, de acuerdo con las referencias de gremios nacionales.
“Tucumán no excede a lo que pasa a nivel nacional. Las empresas radicadas en el Norte, que conforman un polo textil importante, están pasando una situación compleja. Diría que los escenarios más complejos están en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con la mirada en el conurbano, y el NOA, que tiene mucha presencia textil. Son los conglomerados más afectados”, expresó Galfione.
“Nuestras empresas trabajan fuertemente con el mercado interno, es decir, el consumo. Cuando a la gente no le alcanza dinero, lo primero que restringe es la compra de los productos textiles en general, como la indumentaria”, expresó.
El titular de la Fundación Pro Tejer advirtió que “en la medida que no cambie el poder adquisitivo de la población, el sector no verá una recuperación”.
“A eso se suma la flexibilización fuertemente de la importación. Si hubiese algún rebote en la demanda, lo que podría ocurrir meses más adelante, hay altas posibilidades de que sea reemplazada por importaciones. Por lo cual, el sector manufacturero nacional se verá afectada por esa situación. Esto nos preocupa mucho”, avisó.
En los primeros cuatro meses de 2024, el 64% de las empresas encuestadas tomó medidas que afectaron negativamente al empleo: cancelación de horas extras, despidos, suspensiones, adelanto de vacaciones y no-renovación de contratos, entre otros. El 42% de las empresas indicó que cayó el empleo al comparar abril 2024 con diciembre 2024, reflejó la última “Encuesta de Coyuntura Marzo” de Pro Tejer.