Europa ofrece una amplia red de rutas de ciclismo que serpentean a través de algunos de los paisajes más pintorescos del continente, y le brinda una experiencia inolvidable a aquellas familias en busca de aventuras al aire libre.
Desde las suaves curvas del Danubio hasta los majestuosos Alpes suizos, hay una ruta ciclista para cada nivel de habilidad y preferencia. Estas vacaciones familiares en bicicleta ofrecen una combinación perfecta de ejercicio, exploración cultural y conexión con la naturaleza. Debido a esto, son una opción ideal para quienes desean escapar del bullicio de la vida cotidiana y sumergirse en la belleza tranquila del horizonte europeo.
El planear un viaje alrededor del ciclismo le abre la puerta a descubrimientos para todas las edades. Se puede disfrutar de paradas en encantadoras ciudades, explorar sitios históricos fascinantes y maravillarse con la diversidad de la flora y fauna que salpican el camino. Ya sea en busca de la serenidad de los campos o la emoción de recorrer los acantilados escarpados de la costa atlántica, realizar vacaciones en bicicleta promete una vivencia enriquecedora.
Desde la prestigiosa publicación National Geographic recomiendan los mejores 7 circuitos de ciclismo europeos para recorrer con todos los miembros de la familia.
1. Bannau Brycheiniog, Gales
La cantidad de posibles caminos a recorrer es amplia y de dificultad diversa en este lugar de Gales (Roger Donovan)
El BikePark Wales se encuentra al sur del Parque Nacional Bannau Brycheiniog (Brecon Beacons), por lo que el andar por sus senderos brinda una experiencia única con paisajes inigualables.
Sus más de 40 caminos comprenden una totalidad de 5 kilómetros cuadrados de terrenos montañosos por los que se puede andar en bicicleta.
Este paseo es ideal para toda la familia, ya que los circuitos varían en dificultad. Si se necesita alquilar bicicletas, clases para principiantes o kits con todos los elementos necesarios, se puede adquirir el “Ticket to Ride” que brinda todos estos beneficios. Hay otros senderos cercanos, como por ejemplo el Taff Trail que recorre desde Brecon hasta Brynich Lock.
2. Lago de Constanza, Alemania y Suiza
El Lago de Constanza se encuentra en medio de los territorios de tres países (Markus Lange)
El recorrido de esta ruta es de aproximadamente 260 kilómetros y atraviesa tres países: Alemania, Austria y Suiza. Las ciudades que decoran la costa del lago son únicas y representativas de la región.
Según comentan desde la prestigiosa publicación National Geographic, “es ideal para transportar a los niños pequeños en remolques para bicicletas”. El escenario sobre el cual se desarrolla el camino es adornado por las montañas pertenecientes a los Alpes. Es fácil de realizar para principiantes, ya que las distancias pueden acortarse con paseos en ferry.
3. Ruta del Danubio, Austria
El terreno que bordea al río Danubio presenta llanuras ideales para recorrer en bicicleta (Brystock)
Los senderos que recorren la extensión del río Danubio abarcan 1269 kilómetros y 8 países. Son sencillos de recorrer para ciclistas de todos los niveles, ya que son llanos y con declive suave.
Si bien la distancia es mucha, tiene tramos cortos que son ideales para transitar en familia. En el camino se encuentran antiguos pueblos, ciudades y castillos que pueden ser visitados para conocer en profundidad algunas zonas de las naciones europeas por las cuales pasa la ruta.
Una de las secciones más recomendadas es la que une a las ciudades austríacas Linz y Vienna, que comprende alrededor de 180 kilómetros.
4. Ruta ciclista de Van Gogh, Países Bajos
El camino atraviesa áreas que fueron significativas en la vida de Vincent Van Gogh (Frans Lemmens)
El pintoresco pueblo neerlandés que llamó la atención y protagonizó varias de las obras de Vincent Van Gogh, Nuenen, forma parte de una ruta de ciclismo que pasa por las áreas en donde el pintor desarrolló gran parte de su carrera artística.
El camino, compuesto principalmente por caminos rurales y llanuras, es de alrededor de 330 kilómetros.
En la ciudad Eindhoven de los Países Bajos, se encuentra un carril que también forma parte de la ruta y tiene la particularidad de poseer piedras luminiscentes a lo largo de 600 metros. Esto le brinda la experiencia única a los ciclistas de sentirse inmersos en una de las obras más icónicas de Van Gogh, La Noche Estrellada. Se inauguró con el fin de conmemorar los 125 años de su fallecimiento en 2015.
5. Ruta de la Costa Atlántica, Portugal
El recorrido bordea la costa de Portugal y puede realizarse entero o en secciones (Václav Sonnek)
Los terrenos de la costa atlántica de Portugal son sinuosos, escarpados y comprenden un desafío mayor para algunos ciclistas.
Sin embargo, es una aventura imperdible que dura 8 días y une a las ciudades de Oporto y Lisboa. Desde National Geographic comentan que el camino se realiza “por uno de los rincones más soleados de Europa, bordeando amplias playas, calas irregulares y pueblos de pescadores con mariscos frescos”. Experiencias ideales para vivir en familia.
6. Del lago de Garda a Venecia, Italia
El trayecto entre el Lago de Garda y Venecia requiere atravesar una gran parte del norte de Italia (Leonid Andronov)
La ruta de alrededor de 150 kilómetros cruza el terreno italiano desde el bello Lago de Garda, rodeado por pintorescos pueblos, hasta la singular ciudad de Venecia.
Las distancias diarias a recorrer suponen un mayor esfuerzo por parte de los ciclistas, pero vale la pena admirar los paisajes presentes en el norte de Italia.
Además, pasa por una de las ciudades más emblemáticas del país, Verona, donde se encuentran el anfiteatro romano central y el balcón protagonista de las emblemáticas escenas de la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta.
7. Sendero Ciro, Balcanes
El trayecto de 158 kilómetros es determinado por la ruta que cumplían los antiguos ferrocarriles, hoy en desuso (Van der Meer Marica)
Los ferrocarriles que recorren desde Bosnia y Herzegovina hasta Dubrovnik en Croacia fueron construidos en 1903 y se dejaron de utilizar en 1976. En la actualidad sirven como guía para un emocionante sendero de ciclismo.
“Los antiguos edificios de la estación se han convertido en casas de huéspedes y cafeterías económicas y aptas para bicicletas”, destacan desde National Geographic. Esto es esencial, ya que el recorrido es de 158 kilómetros y es necesario descansar, más cuando se viaja en familia.
Como parte del trayecto se pueden explorar ruinas de las épocas del Imperio Romano y de la Edad Media, además de ríos de agua cristalina en los que relajarse.