Hace seis años, la vida de María Juana, de 77 años, dio un vuelco de 180 grados cuando ella quedó ciega. Después de varias consultas y de haber experimentado cómo sus actividades cotidianas se iban limitando cada vez más, pensaba que su situación era irreversible. Hasta que le propusieron realizar una novedosa cirugía que consiste en implantar una córnea artificial. Y gracias a esta intervención hoy celebra que está recuperando la vista.
La doctora Natalia Ramón Brim nos dio detalles sobre esta operación de alta complejidad que se realizó en el Centro de Especialidades Oftalmológicas de Tucumán. Esta cirugía es conocida como “implante de Queratoprótesis de Boston tipo 2”. Se trata de una prótesis que se coloca en pacientes que tienen un daño muy marcado en la superficie ocular, pero que conservan algunas de las estructuras más importantes en buenas condiciones, detalló.
¿Cómo fue el procedimiento? Según destacó la especialista, lo que se hizo fue una sustitución de una córnea enferma por una córnea artificial, la cual no solo se fija al plano de la superficie ocular, si no que además la “Queratoprótesis de Boston tipo 2” tiene una prolongación que permite fijar la misma a los párpados. De esta manera, la prótesis es una excelente alternativa para aquellos pacientes que tienen alteraciones en la superficie ocular tan severa en donde no es factible llevar a cabo un trasplante de córnea tradicional.
En detalle
Ramón Brim especificó que la córnea es la primera lente del ojo, la de mayor poder dióptrico y la cuál debe ser transparente. En diversas patologías esta córnea pierde transparencia y una manera de resolver la situación es recurrir al trasplante de córnea. “En ciertas patologías autoinmunes, como el Penfigoide Ocular Cicatrizal (POC), se daña no solo la córnea sino que también toda la superficie ocular. Cuando hablamos de superficie ocular nos referimos puntualmente a la mucosa (conjuntiva) que cubre el globo ocular y la parte interna de los párpados. Los pacientes experimentan ojo seco, conjuntivitis crónicas, numerosos episodios de inflamación que terminan llevando a que esta conjuntiva se cicatrice y en estadios finales los párpados terminan fijos y unidos al globo ocular o hasta con toda la superficie ocular cubierta por piel”, describió la doctora. En este contexto, según dijo, no puede llevarse a cabo un trasplante de córnea tradicional porque no tenemos el ambiente propicio que nos asegure la sobrevida del injerto.
“La paciente contó que presentaba ojo seco y que había sido tratada durante años por conjuntivitis crónica. Cuando llegó a nosotros, prácticamente no podía ver nada, estaba en condición de ceguera. Es fundamental hacer un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno, para no llegar a un estadio tan severo de la enfermedad”, explicó Ramón Brim.
María Juana presentaba toda la superficie ocular cubierta de piel, con los párpados fijos. Ella estaba ciega desde hace seis años aproximadamente, según detalló la oftalmóloga.
“La Queratoprótesis de Boston se trata de una prótesis que en este caso está formada de material plástico y de titanio, que va engarzada en una córnea donante, la cual se usa de soporte. Esta tiene una prolongación que se fija directamente a los párpados. De esta manera, pudimos rehabilitar la visión de María Juana”, recalcó.
Indicación
Lo primero que se debe hacer para establecer si un paciente es apto o no para este tipo de cirugía es realizar un detallado examen oftalmológico.
Ramón Brim especificó que la paciente , además de la patología de la superficie ocular, presentaba un desprendimiento de retina y problemas de presión ocular. Ante ello, se tuvo que hacer un trabajo interdisciplinario para llevar adelante la cirugía, que duró unas cuatro horas.
La intervención se desarrolló hace dos meses y la Queratoprótesis fue traída desde Estados Unidos, según detalló. La planificación de esta operación requirió de un arduo trabajo en equipo. La cirugía de superficie ocular con implante de la Queratoprótesis, fue realizada por la doctora Ramón Brim. La colocación de un sistema de drenaje para control de la presión ocular, por parte del doctor Maximiliano Yapur. La cirugía de desprendimiento de retina fue llevada a cabo por el doctor Alejandro Lavaque.
Recuperación
Después de la operación, la mujer inmediatamente notó un cambio en su visión, porque se logró liberar el eje visual, que estaba totalmente cubierto por piel.
“Al tener una mayor entrada de luz, ella empezó a ver bultos, logró ver a su mascota y las plantas de su casa, por ejemplo. Esto representa un gran avance tanto para ella como para su familia porque de a poco va logrando tener una mayor independencia. Aún está en una etapa del postquirúrgico y debemos tener presente que la recuperación visual de la retina es un poco más lenta”, puntualizó la doctora.
“Fue una gran satisfacción poder ayudar a María Juana en su rehabilitación visual; es una paciente a quien le tengo un enorme cariño. Además, haber podido realizar esta intervención novedosa es un importante avance para la provincia y para todo el norte del país, ya que me animo a decir que no hay antecedentes aquí de este tipo de cirugía. Este es un procedimiento que permite brindarles una solución a pacientes que llegan a una situación a veces desesperante, porque les dicen que ya no hay nada que se pueda hacer. Y realmente les cambia la vida porque no solo recuperan la vista, sino que pueden volver a tener autonomía”, resumió.
