El Senado aprobó el proyecto de ley que instaura la boleta única de papel como instrumento de votación para las elecciones nacionales en reemplazo de la denominada boleta partidaria. Producto de trabajosas y largas negociaciones para vencer la resistencia de un puñado de senadores de fuerzas provinciales que mantuvo el tratamiento empantanado por más de ocho meses, la iniciativa sufrió modificaciones que la obligarán a volver en segunda revisión a la Cámara de Diputados.
El proyecto fue aprobado por 39 votos a favor y 30 en contra. El kirchnerismo quedó en soledad en su rechazo a la propuesta, al defender el actual sistema y calificar al nuevo de “oscurantista” por considerar que, al menos en los distritos que eligen más de 10 diputados nacionales, los electores no tendrán a la vista el nombre de todos los postulantes.
Diputados tendrá que tratar la propuesta contra reloj para que el nuevo sistema pueda aplicarse en las elecciones de medio término del año próximo. El apuro radica en los plazos de cuestiones logísticas que deben resolverse para su implementación.
El texto aprobado esta tarde establece el uso de una única boleta de papel en la que estará toda la oferta electoral de cada distrito, con los nombres de las agrupaciones y de los candidatos que participan en la elección. Salvo en los distritos que eligen muchos diputados, donde no estarán todos.
El modelo de boleta acordado es similar al que se utiliza en Mendoza, en el que los nombres de las agrupaciones se ubican de manera horizontal en el margen superior de la papeleta y las categorías en juego –presidente y vice, diputados y senadores nacionales–, se despliegan en sentido vertical.
Sin embargo, para poder conseguir el apoyo de los senadores de Río Negro y Misiones, y alcanzar la mayoría absoluta del total de miembros de cada cámara que exige la Constitución para aprobar una reforma electoral, se eliminó el denominado “botón de lista completa”, casillero que, al marcarlo, le permite a un elector apoyar a todos los postulantes de una misma fuerza política.
El proyecto fue informado por el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Edgardo Kueider (Unidad Federal-Entre Ríos), quien consideró el cambio de sistema “un salto cualitativo” y dijo que la boleta única “garantiza a todos los ciudadanos el derecho a elegir porque garantiza que en el cuarto oscuro esté presente toda la oferta electoral”, al evitar el robo de boletas en los puntos de votación.
“Todos los partidos políticos compiten en igualdad de condiciones, tiene el mismo espacio en la boleta para que pueda ser identificado”, agregó Kueider, quien destacó que la BUP trae aparejado un “ahorro económico”, ya que terminará con la inflación de ofertas electorales, sobre todo en las primarias, interesadas por acceder a los fondos del Estado para financiar la impresión de sus papeletas.
El radicalismo también apoyó el cambio de instrumento electoral. “Espero que le demos a la Argentina esto que es un paso más en la mejora de la representatividad política y esperemos que ya no tengamos que escuchar nunca más en la noche de un domingo electoral ‘me robaron boletas’ o ‘faltan boletas’”, afirmó Mariana Juri (Mendoza), una de las senadoras que más trabajó para conseguir el acuerdo que finalmente permitió destrabar el tratamiento. “Esta iniciativa es esencial para el fortalecimiento de la democracia”, se sumó Maximiliano Abad (UCR-Buenos Aires), quien destacó que la boleta única “es más transparente, más equitativa, más simple, más austera y más económica y ambientalmente sustentable”.
El kirchnerismo se opuso con firmeza al cambio de boleta electoral. “Es un sistema de oscurantismo, de ocultamiento”, denunció Daniel Bensusán (La Pampa). “Van a estar ocultos narcotraficantes, delincuentes porque en las boletas no van a estar sus nombres, sino que van a estar en afiches en las paredes” del cuarto oscuro. “Hoy se quiere cambiar lo único que anda bien en el país, que es el régimen electoral; quieren destruir el Estado de Derecho y comienzan modificando nuestro régimen electoral”, denunció Florencia López (La Rioja).
La porteña Guadalupe Tagliaferri (Pro) aceptó que el actual sistema “es bueno” –“tenemos alternancia”, reconoció–. “Pero creo que uno siempre pude mejorar los procesos”, agregó la legisladora, quien sostuvo que el cambio de la boleta partidaria “sí es una demanda de la ciudadanía”.
El tratamiento del proyecto había quedado estancado en enero último cuando la senadora Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro) presentó un dictamen alternativo al texto aprobado en la Cámara de Diputados a mediados de 2022. La propuesta fue apoyada por el misionero Carlos Arce, del Frente Renovador de la Concordia.
Sin esos tres votos, el frente misionero tiene dos senadores, y con el kirchnerismo apoyando la propuesta alternativa, el tratamiento quedó bloqueado, con dos dictámenes apoyados por 36 senadores, es decir uno menos que la mayoría absoluta de la Cámara alta,
En el debate, Silva contó que en los últimos meses “ocurrieron una cantidad importante de conversaciones” que permitieron llegar a un acuerdo. “Las modificaciones contienen lo mejor de cada uno de los dos dictámenes”, agregó.
En ese sentido, la senadora por Río Negro dijo que con la eliminación del casillero que permite votar la lista completa “queda saldada la desigualdad a la que quedábamos sometidos los partidos provinciales”. Además, Silva destacó que, en el caso de su provincia, “sólo en sobres se estarían ahorrando unos 30 millones de pesos”.