Uno de los casos más emblemáticos del “no es no” registrado en nuestra provincia terminó en condena. Un empleado de Tribunales fue condenado a ocho meses de prisión por haber abusado sexualmente de una funcionaria judicial.
El 18 de marzo de 2023, la denunciante (su nombre se mantiene en reserva para no revictimizarla) participó de una fiesta de cumpleaños de un compañero de trabajo en un local de avenida Presidente Perón, Yerba Buena. Asistió junto a una amiga. Se descompuso al combinar las pastillas que tomaba por prescripción médica con un vaso de alcohol. Un joven, (cuya identidad no se difunde porque la sentencia en su contra aún no quedó firme) al que conocía de su actividad diaria y además tenía vínculos con su familia, al observar su estado, le preguntó si quería que lo llevara hasta su casa.
Según consta en la denuncia, aceptó el ofrecimiento de ese conocido. En el trayecto, el joven desvió el camino y tomó por una calle de tierra según recuerda la víctima y la atacó. Semi desvanecida pero consciente en todo momento, la víctima lo empujó cuando se dio cuenta de que la besaba de una forma brusca. Según denunció, a pesar de que le decía insistentemente que “no” y “basta” el conductor continuó con su accionar, tocándole sus partes íntimas.
La víctima relató ante las autoridades que el acusado insistió en su accionar y ella, en estado de shock, trató de defenderse con las pocas fuerzas que le quedaban. En ese momento pudo sacárselo de encima y lograr que desistiera de su accionar. El sospechoso le compró una botella de agua al ver cómo estaba y luego la dejó a metros de su vivienda.
Durante mucho tiempo la víctima guardó silencio. Pero hubo una reunión familiar que cambió todo. Había transcurrido un mes del episodio. En un momento dado, el tema de conversación de la sobremesa fue un caso de abuso sexual. Ella estalló al escuchar los comentarios que hacían unos familiares del sospechoso. Luego de su reacción, decidió irse al interior de la vivienda.
En la Justicia
Pasaron unos minutos y un familiar le preguntó qué le había ocurrido. Allí terminó de explotar. Decidió contar lo que le había ocurrido con mucho pesar. Habló con su familia y entre todos decidieron apoyarla para que denunciara el abuso.
Expuso su caso en la fiscalía que conduce Adriana Reynoso Cuello. En Cámara Gesell relató una vez más el hecho, en forma detallada y pormenorizada y presentó una serie de pruebas para respaldar su versión como el testimonio de los profesionales que continúan tratándola y aportó las vestimentas que tenía puesta la noche que sucedió el ataque. El acusado negó los cargos en su contra y siempre dijo que se había tratado de una relación consentida. Presentó mensajes de textos para intentar probar sus dichos. La representante del Ministerio Público solicitó que el expediente sea resuelto en un debate oral. Lo terminó acusando de abuso sexual simple por haber tocado sus partes íntimas. La querella pretendió que fuera enjuiciado por el mismo delito, pero agravado porque entendieron que hubo acceso carnal.
Durante seis días de debate, los acusadores sostuvieron que se trataba de un caso de abuso sexual simple, ya que no habían surgido pruebas para agravar la imputación. El representante del Ministerio Público solicitó la pena de un año, mientras que la querellante Silvia Furque, dos años. La defensa solicitó que el joven sea absuelto porque se había tratado de una relación consentida. El juez Alejandro Tomas decidió condenarlo a ocho meses de prisión.
“Lo importante aquí no es el monto de la pena, sino que se tuvo que hacer un juicio para que creyeran en la versión de la víctima. Ahora nadie podrá decirle absolutamente nada”, aseguró Furque. “Es lamentable porque, por esta situación, se destruyó su familia y durante todo este tiempo quedó en boca de hombres y de mujeres que no entendían que había sido víctima de un abuso sexual”, agregó la profesional.
LA GACETA intentó comunicarse con el defensor del condenado, pero se negó a brindar cualquier tipo de declaración sobre el caso. Fuentes judiciales informaron que ya anunció que impugnará la sentencia.